Esa es la conclusión del panel de peritos extranjeros que analiza las causas de la muerte del Premio Nobel de Literatura 1971, ocurrida el 23 de septiembre de 1973.
BBC NEWS MUNDO
Forenses descartan que Pablo Neruda muriera de cáncer y abren la puerta a la “intervención de terceros”
Pablo Neruda no murió de cáncer como reza la versión oficial en Chile y que existe la posibilidad de que terceros hayan intervenido en su muerte.
Según un equipo de forenses internacionales, "el certificado (de muerte) no refleja la realidad del fallecimiento" de Pablo Neruda.
“Lo que es rotundamente cierto, al 100%, es que el certificado (de muerte) no refleja la realidad del fallecimiento”, dijo la tarde del viernes en conferencia de prensa el experto forense español Aurelio Luna.
Neruda murió en una clínica de Santiago el 23 de septiembre de 1973, pocos días después del golpe de Estado con que el general Augusto Pinochet derrocó al gobierno de Salvador Allende.
La versión oficial dice que falleció de cáncer de próstata. Los forenses confirmaron que Neruda lo padecía, pero consideran que no suponía riesgo de vida.
Los restos del poeta fueron examinados por un equipo de forenses nacionales e internacionales (de Canadá, España, Francia, Dinamarca, Estados Unidos y Chile).
Las conclusiones del panel ahora serán entregadas al juez Mario Carroza, encargado de la investigación judicial que desde 2011 intenta esclarecer la verdadera causa de su muerte, luego que el Partido Comunista -en el cual militaba el poeta- presentara una denuncia.
Tras reunirse con los expertos, el juez Mario Carroza señaló: “No tenemos la determinación de que hubo intervención de terceros, sino que hay la posibilidad de que sí hubo intervención de terceros”.
Según el juez, citado por Emol, la conclusión definitiva la tendrán tras estudiar de forma detallada una bacteria hallada en una muela.
“Tenemos la alternativa de que también pudiese ser una muerte natural si no se confirma lo de la toxina”.
El testimonio del chofer
El principal argumento de los denunciantes estuvo centrado en el testimonio de Manuel Araya, chofer y asistente personal del poeta, quien declaró que Neruda fue envenenado por agentes del gobierno de Pinochet.
La versión oficial en aquel entonces estableció que el vate murió por el cáncer de próstata que lo afectaba.
Por orden del juez Carroza, el cuerpo de Neruda fue exhumado el 8 de abril de 2013 y en noviembre de ese año un primer grupo de expertos descartó la hipótesis de muerte por envenenamiento.
Sin embargo, el juez mantuvo abierta la investigación y ordenó nuevos exámenes al considerar que los resultados no eran concluyentes.
En octubre de 2015, los familiares dijeron públicamente que a Neruda le inocularon una bacteria llamada “estafilococo dorado”, altamente agresiva y resistente a la penicilina, que solo se produce en laboratorios.
Los restos del autor de “Canto general” y “20 poemas de amor y una canción desesperada” permanecen actualmente en una de las casas del poeta ubicada en la localidad chilena de Isla Negra.