Con menos de la mitad de la población vacunada y los contagios creciendo sin freno, Estados Unidos está “en la dirección equivocada” en la pandemia.
BBC NEWS MUNDO
Coronavirus: cómo EE.UU. está perdiendo de nuevo el control de la pandemia
Con menos de la mitad de la población vacunada y los contagios creciendo sin freno, Estados Unidos está "en la dirección equivocada" en la pandemia.
La advertencia viene de Anthony Fauci, el asesor de la Casa Blanca en enfermedades infecciosas, quien prevé un recrudecimiento de los casos de covid-19 en el país si no se toman medidas correctivas.
Y es que Estados Unidos, el país con más muertos en la pandemia, enfrenta un peligroso panorama.
Mientras que en la última semana de junio el país registró unos 92.000 nuevos casos, en los siete días de la semana pasada la cifra superó los 500.000 contagios confirmados.
Y si bien la enfermad ha sido menos letal, con menos de 3.000 fallecidos por semana frente a más de 20.000 hace unos meses, la propagación de la variante delta del virus SARS-CoV-2 está fuera de control en algunos estados.
A esto se suma el estancamiento en las tasas de vacunación, principalmente en estados conservadores del sureste del país.
“Es realmente una pandemia entre los no vacunados”, le dijo Fauci a la cadena CNN el domingo.
El foco del problema: los no vacunados
A principios de esta semana, Vivek Murthy, cirujano general de EE.UU. -cargo que lo acredita como jefe del Cuerpo Comisionado del Servicio de Salud Pública-, dijo que el 99,5% de las muertes recientes por covid-19 en el país se han dado entre personas no vacunadas.
El doctor Marcus Plescia, director de la Asociación de Funcionarios de Salud Estatales y Territoriales, le explica a la BBC que el problema principal del incremento de contagios se concentra en una región del país.
“Es particularmente grave en probablemente seis o siete estados. Los estados del sureste y algunos estados del Medio Oeste de Estados Unidos”, señala Plescia.
Alabama, Misisipi, Arkansas, Georgia, Tennessee, Oklahoma son estados donde menos del 40% de su población está completamente vacunada (en contraste, en la región del noreste, como Vermont y Massachusetts, la población vacunada supera el 65%).
Además, los gobernadores de los estados con más baja vacunación -mayoritariamente republicanos- han expresado desde el año pasado su escepticismo ante las políticas federales de prevención.
“Es un problema predominantemente entre los no vacunados, que es la razón por la que estamos ahí afuera, prácticamente suplicando a las personas no vacunadas que salgan y se vacunen“, dice.
La vacunación estancada
Las tasas de vacunación en Estados Unidos se han estancado en los meses recientes.
EE.UU. tuvo hasta abril una de las tasas más altas de aplicación diaria de dosis en el mundo, pero desde entonces el ritmo bajó considerablemente.
El país tiene hasta ahora unos 163 millones de personas vacunadas, lo que es un 49% de su población (cerca del 18% de la población del país es menor de 12 años, para quienes no se ha autorizado la vacuna).
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Plescia señala que el país ha empezado a registrar un “leve aumento” en el ritmo de vacunación luego de las últimas noticias que muestran el aumento de casos entre los no vacunados.
“Nos gustaría ver mucho más, pero estamos viendo que comienza una tendencia un poco hacia arriba y escuchamos de la gente que esto [la nueva ola de casos] ha llamado su atención”, principalmente entre quienes están abiertos a considerar el vacunarse, no tanto entre los que la rechazan, explica.
En su entrevista con CNN, Fauci dijo que los líderes locales en áreas con bajas tasas de vacunación deben hacer más para alentar a las personas a recibir las dosis.
Ahora los gobernadores republicanos de Arkansas y Florida -quienes criticaron los consejos de Fauci en el pasado- han estado promoviendo las vacunas en sus estados.
La propagación de la variante delta
Un problema que acompaña a las bajas tasas de vacunación en algunos estados de EE.UU. ha sido la propagación de la variante delta del virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19.
Al ser más contagiosa que otras, esa variante se ha transmitido más rápidamente entre personas que no han recibido ninguna dosis, según han explicado tanto autoridades como expertos en salud pública.
“Ahí es donde realmente estamos viendo estos aumentos significativos. En otras partes del país donde las tasas de vacunación son más altas, no estamos viendo un gran problema, aunque incluso en esos estados estamos comenzando a verlo. Las cosas se arrastran”, apunta el doctor Plescia.
Estados que no se han quedado tan rezagados en la vacunación, como Florida (48,5%), están entre los que han comenzado a duplicar o hasta triplicar los contagios y hospitalizaciones.
Mientras que al comienzo de la pandemia se sabía que alguien se podía contagiar al estar 15 minutos frente a un portador del virus sin mascarilla, según la epidemióloga Celine Gounder, la variante delta se propaga exponencialmente con más velocidad.
“El equivalente a eso con la variante delta no son 15 minutos, es un segundo“, indica Gounder en un artículo del portal especializado en salud STAT.
Fauci dijo que las autoridades sanitarias están evaluando si las personas vulnerables al virus deben recibir una dosis de refuerzo adicional.
El desuso de mascarillas
A diferencia del año pasado, este verano boreal los estadounidenses han vuelto a salir de vacaciones, asistir a conciertos y eventos deportivos, o comer en restaurantes llenos sin el uso de mascarillas ni mucha distancia social.
El levantamiento de esas recomendaciones avanzó rápidamente a partir del 13 de mayo pasado, cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que aquellos completamente vacunados podían volver a hacer su vida normal sin el uso de la mascarilla.
Pero a medida que la pandemia ha resurgido, las autoridades se han comenzado a preguntar si es necesario volver a la política anterior.
“Estamos viendo eso en Los Ángeles. Estamos viendo eso en Chicago. Estamos viendo eso en Nueva Orleans”, le dijo Fauci a CNN. “Los funcionarios allí, muchos de ellos, dicen que incluso si estás vacunado es prudente usar una máscara en el interior”.
Plescia, por su parte, considera que la vacuna es la solución por encima de las mascarillas.
“Hasta donde sabemos por la ciencia, esa es una política sólida. Me refiero a personas que están completamente vacunadas, porque tenemos muy buenas vacunas. Son muy, muy efectivas, afortunadamente”, le explica a la BBC.
“Incluso en esos casos [de la variante delta], es poco probable que esas personas se enfermen gravemente o terminen en el hospital o terminen muriendo”, añade.
Fauci dijo que participó en discusiones sobre una nueva política sobre el uso de mascarillas emitida por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., pero aún no hay una decisión tomada.
La vacuna, ¿obligatoria?
Tanto autoridades públicas como asociaciones han comenzado a debatir si la vacunación debería ser un requisito para trabajadores de ciertas áreas esenciales.
En un comunicado conjunto, decenas de asociaciones médicas se pronunciaron el domingo a favor de la inoculación de los empleados sanitarios como requisito para trabajar en hospitales.
“La vacunación es la forma principal de dejar atrás la pandemia y evitar el regreso de estrictas medidas de salud pública”, dicen en su carta las 60 asociaciones firmantes.
Autoridades locales desde Nueva York hasta California también lo han planteado.
Y este lunes el Departamento de Asuntos de Veteranos se convirtió en la primera agencia federal en emitir como requisito de trabajo a sus empleados -que incluye personal sanitario- la vacuna contra la covid-19.
Aunque la Casa Blanca ha descartado imponer la vacunación obligatoria para los empleados públicos, ha dejado abierta la posibilidad de que las empresas lo hagan.
“Ciertamente apoyamos estas acciones de estas asociaciones de hospitales”, dijo el lunes la portavoz Jen Psaki.
Y la opinión pública está dividida: según una encuesta del sitio Politico y la Universidad de Harvard publicada este mes, un 66% apoya que los empleados sanitarios deban estar vacunados para trabajar.
En cambio, se mostraban divididos casi en partes iguales sobre si se debe exigir a otros trabajadores que lo hagan.
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