El fonógrafo fue el primer aparato que permitió grabar y reproducir sonido hace 140 años. GETTY IMAGES
Y si bien la música acompañó al hombre desde sus inicios como especie, con el sonido de la naturaleza y el de su propia voz, no transcurrieron tantos años desde la invención de un aparato que pueda grabarla y reproducirla.
Para ser exactos, pasaron solo 140 años.
1877 – FONÓGRAFO
El 21 de noviembre de 1877 el inventor estadounidense Thomas Edison creó el fonógrafo.
Se trató de la primera máquina capaz de grabar y reproducir sonido.
Al principio nadie parecía entender para qué servía, pero poco después su función se hizo evidente: grabar a los mejores cantantes del mundo y vender las grabaciones.
Cuenta con un sistema de grabación analógica. Las ondas sonoras se transforman en vibraciones mecánicas que a su vez mueven una aguja que dibuja un surco sobre un cilindro de fonógrafo.
Y para reproducir el sonido se invierte el proceso.
El tocadiscto o giradisco también es un dispositivo de reproducción analógica y fue el sucesor del fonógrafo.
Pero permitía la reproducción de discos de vinilo en forma eléctrica y no mecánica.
En ese momento, los discos de vinilos eran el dispositivo más moderno para almacenar información, en este caso, grabaciones de conciertos o solo pistas musicales. El aparato se volvió muy popular y permitía controlar el volumen del sonido.
Los tocadiscos también se fueron modernizando y se crearon modelos semiautomáticos que podían levantar el brazo que tenía la aguja de reproducción de forma autónoma cuando el disco finalizaba y apagar el motor que lo hacía funcionar.
Los casetes compactos nacieron como una alternativa al almacenamiento de audio de los discos de vinilo.
Estaban hechos con cinta magnética que, para muchos, conservaban mucho mejor la calidad del audio que los discos de pasta.
También eran mucho más prácticos para guardar ya que ocupaban menos espacio y su costo era menor.
El formato fue introducido por la empresa Philips en 1962 y los casetes se volvieron muy populares para las grabaciones musicales.
De la mano del casete, surgió el walkman: un dispositivo portátil de reproducción con auriculares que se convirtió en un ícono en los 80 y 90.
En 1984, Sony, la compañía que fabricaba el Walkman, sumó al reproductor un sintonizador de radio AM/FM lo que modificó al aparato en un dispositivo más sofisticado.
La empresa japonesa vendió millones de ejemplares durante 25 años hasta que dejó de fabricarlo en 2010.
1979 – CD
Paralelamente a la creación del Walkman, un dispositivo puramente analógico, comienza a ganar terreno la era digital del sonido.
Aquí es donde nace el Disco Compacto (CD, por su sigla en inglés).
Se trata de un dispositivo para almacenar datos en formato digital que la industria de la música adoptó casi como propio.
Sin embargo, el CD no solo puede guardar música, sino video, imágenes y documentos, entre otros.
Y este disco ocupa menos espacio que el casete y el sonido que reproduce es de mejor calidad que sus antecesores.
1997 – MP3
El MPEG-1 Audio Layer III, conocido como MP3, es un formato de compresión de audio digital.
Es el formato de audio común que se usa para reproducir música en computadoras o reproductores de audio portátil.
E internet favoreció a que este formato se popularizara porque compartir música en MP3 era mucho más fácil, rápido y económico.
Los días finales del MP3 y de otras 4 tecnologías que fueron revolucionarias y están viviendo su ocaso
2001 – iPod
Y como sucedió con el Walkman tras el surgimiento del casete, los reproductores de MP3 comenzaron a fabricarse e inundar el mercado.
Tal vez el dispositivo más famoso para reproducir música con este formato fue el iPod de la empresa estadounidense Apple.
Paralelamente, la compañía lanzó al mercado la aplicación iTunes, la tienda de música digital por internet para comprar canciones.
En 2017, ya ofrecía más de 43 millones de temas musicales en su catálogo de venta.
2008 – MÚSICA A LA CARTA
Popularmente conocido con su término en inglés “music on demand” es un nuevo modelo de consumo de música.
Funciona a través de aplicaciones web que alojan su material en la nube, como Spotify, en donde los usuarios se crean un perfil y pueden escuchar la música que deseen.
Algunos cuentan con perfiles gratis con ciertas limitaciones o cuentas Premium con el pago de un abono mensual.
En este caso, el teléfono inteligente y el servicio de internet son los elementos fundamentales para escuchar música.
Y ahora surge la incógnita: ¿cómo seránlos reproductores de música del futuro?
