El pescador de Galilea llamado por Jesús
Santiago (Jacobo, evolucionado en Sant Yaco (b), Sant Iaco, Sant Iago, Santiago) parece haber nacido hacia el año 5 antes de Cristo en Betsaida de Galilea, población situada a orillas del Lago de Tiberíades o Mar de Galilea. Era hijo de Zebedeo y hermano de Juan. Eran pescadores.
Al pasar Jesús junto al lugar donde se encontraban junto a su padre, remendando las redes (año 30 después de Cristo), llamó a los dos hermanos y les dijo: “Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”. Y ellos, dejando las barcas y a su padre, lo siguieron.
Así se inició la maravillosa aventura que llevó a los hijos de Zebedeo a convertirse en discípulos y apóstoles (enviados) de Jesús.
El apostolado de Santiago
Santiago (llamado “el Mayor” para distinguirlo de otro de los 12 que era “el Menor”), después de la Resurrección, de Pentecostés y de la Ascensión (año 33 después de Cristo), se dirige a Hispania (provincia romana) para predicar el Evangelio.
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Llegado a Tarraco (hoy Tarragona), recorre el valle del río Ebro, llega a la ciudad de Cesaraugusta y no consigue sino muy pocas conversiones. Descorazonado y desilusionado, recibe una visita de la Madre de Dios (quien por entonces todavía vivía en Judea), la cual lo anima a seguir adelante en el empeño apostólico.
En el lugar de la aparición, Santiago y los suyos levantan una pequeña capilla en la que guardan, en recuerdo de la misma, un pilar de jaspe sobre el que la Virgen se les había aparecido. Ese será el germen de la gran Basílica del Pilar que se alza hoy en la orilla del Ebro, en Zaragoza (nombre actual de la romana Cesaraugusta). Las conversiones se multiplican y el cristianismo se implanta fuertemente en Hispania.
Su martirio
Santiago, llamado, como los demás apóstoles, por la Virgen, que desea tenerlos cerca en el momento de su tránsito, se dirige a Tierra Santa, donde es martirizado por orden de Herodes Antipas, quien dispone que sea decapitado. Así lo recogen los Hechos de los Apóstoles. Esto parece haber sucedido hacia el año 44.
Dice la tradición que sus discípulos llevaron su cuerpo a Hispania y lo sepultaron en Iria Flavia (hoy Padrón, en Galicia).
Siglos después sería levantada la Catedral de Santiago de Compostela, en cuya cripta se encuentra el sepulcro del Apóstol. Este es uno de los principales lugares de peregrinación de la Cristiandad.
Santiago al frente de las huestes cristianas
Vino después la caída del Imperio Romano (año 476) y los visigodos instalaron su reino en Hispania, la cual fue posteriormente ocupada por los moros. En el año 711 se inició la Reconquista. En 844 tuvo lugar la batalla del Clavijo, en La Rioja, en la que Santiago, que se había aparecido en sueños al Rey Ramiro I de Asturias asegurándole la victoria, guio en la lucha, montado en un caballo blanco, al ejército cristiano, que venció, efectivamente, a los moros. Desde entonces, Santiago fue quien guio la Reconquista y los ejércitos cristianos entraban en batalla al grito de “¡Santiago y cierra España!”.
Santiago se convirtió en el Patrono de España.
Santiago en América
Concluida la Reconquista al entrar los Reyes Católicos en Granada en 1492, se inicia la incorporación de América a los territorios de Castilla. Santiago estará presente en toda esta empresa, y con su nombre serán bautizadas varias de las nuevas ciudades: Santiago de Cuba, Santiago de Guatemala, Santiago de Chile, Santiago de León de Caracas, Santiago del Estero, etc.
Santiago de Guatemala
La ciudad de Santiago de Guatemala será fundada por el Adelantado Don Pedro de Alvarado el 25 de julio (Día de Santiago) de 1524. Está cumpliendo este domingo, tres veces trasladada y con el nombre de Nueva Guatemala de la Asunción, 497 años.
Ese nuevo nombre (que le concedió Carlos III en 1776) no implicó que se perdiera el patronato de Santiago (en cuyo día no se trabaja en la Municipalidad, cuyo edificio es adornado con banderas), sino que se ascendió en categoría al tener como Patrona, además, a la Madre de Dios en el misterio de su Asunción a los cielos.
La Arquidiócesis se sigue llamando “de Santiago de Guatemala”.
Por Roberto Mayorga, robertomayorga@yahoo.com