“Desde entonces se comienza a acumular documentación de índole administrativa, pastoral, económica y relacionada con el culto religioso”, indica Alejandro Conde, uno de los responsables del Archivo Histórico del Arzobispado de Guatemala. Luis herrera, su colega, dice que desde hace una década archivan en atención a la organización y actividades de los diferentes templos. “Es un sistema orgánico funcional”, añade. Antes, resaltan, se usaba una lógica bibliotecaria, lo que impedía conocer el contenido de los legajos.
El panorama actual contrasta con el que encontraron. Ambos recuerdan cuando comenzaron la tarea: “Algunos documentos, aunque estaban agrupados, eran de distintas épocas y provenían de sitios diferentes. Otros no correspondían a la información de las cajas que los contenían. Vimos paquetes de documentos que estaban envueltos en papel de regalo o de almanaque”.
Con paciencia comenzaron la revisión manual, lo que permitió levantar registros e índices y una base digital de datos. más de 10 años les tomó ordenar el 95 por ciento del fondo antiguo, que entre otros comprende secciones como: Monástico y conventual, Juzgado eclesiástico, Cartas, y visitas pastorales. Además, expedientes matrimoniales y la gran sección con la documentación de las 32 parroquias que integran la jurisdicción de Guatemala y Sacatepéquez.
El 5 por ciento restante avanza pausadamente, ya que nuevos legajos se incorporan; entre ellos están las Actas capitulares de Cabildo Eclesiástico y, desde enero último, el archivo completo de la Orden Tercera de Nuestra Señora del Carmen.
Potencial
El tesoro de la Catedral es un libro que surge de la información del Archivo y muestra la riqueza en imaginería, orfebrería, arquitectura y pintura del templo. Asimismo, los 20 tomos del proyecto Memoria eclesial guatemalteca: visitas pastorales, que recoge las visitas de los obispos a las poblaciones de la Diócesis de Guatemala, se alimenta de los manuscritos de este centro documental. La veintena de tomos es la culminación de una investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto de Investigaciones Filológicas de México.
El Archivo Histórico “es uno de los mejores de orden religioso en Centroamérica, y ha sido fuente para diversos investigadores”, menciona el doctor Édgar Gutiérrez Mendoza, presidente de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala.
“Además del aspecto religioso contiene correspondencia, mapas, dibujos y diverso material bibliográfico y documental.
“La nueva clasificación facilita mucho a los investigadores la consulta”, agrega el doctor José Cal, especialista en temas históricos eclesiales.
Para consultar el Archivo es preciso contar con el respaldo de una institución de investigación o educativa y solicitar una cita a la Cancillería Eclesiástica.
Las otras salas
El fondo Antiguo contiene la mayoría de documentos del Archivo, pero hay dos habitaciones más. La segunda se llama De Concentración, y en ella se resguardan todos los documentos anteriores a 1988 -año en que se funda el Archivo- y que no han cumplido con el requisito de cien años de antigüedad para formar parte del área histórica.
Allí se encuentran los ejemplares del periódico religioso Verbvm, publicado entre las décadas de 1940 y 1960, así como folios de los arzobispos y otros religiosos que han fallecido en las últimas décadas. La última sala se reserva para todo hallazgo relacionado con el campo musical sacro. Son cientos de partituras y decenas de libros de canto. El contenido de estas dos salas aumenta el acervo del Archivo al doble del Fondo Antiguo.
El primer arzobispo guatemalteco
El Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guatemala lleva el nombre Francisco de Paula García Peláez, el noveno arzobispo de Guatemala, el primero en ser consagrado en la época independiente y el primer arzobispo guatemalteco.
El Archivo -declarado Patrimonio Cultural de la Nación el 10 de enero de 2004- se creó en 1988, durante la gestión de monseñor Próspero Penados del Barrio. García Peláez además de dirigir la Arquidiócesis fue Historiador, dejando diversas obras históricas.
*Publicado originalmente en Revista D el 24 de febrero de 2013.
