Entre los fallecidos hay ocho turistas, de China, Hong Kong, Indonesia, Malasia y Singapur. Igualmente resultaron heridas 123 personas.
La investigación proseguía este martes, y la policía buscaba a un sospechoso identificado cerca del lugar del ataque gracias a las imágenes de videovigilancia.
“Estamos buscando a un hombre” que pertenecería a un “grupo opuesto” a la junta y sería “oriundo del noreste del país” , anunció a la prensa Prayut Chan-O-Cha, jefe de la junta militar en el poder y actual primer ministro.
“Este ataque es el peor” jamás cometido contra el reino, y fue dirigido “directamente contra personas inocentes” , añadió.
El noreste de Tailandia es el bastión del movimiento de los Camisas Rojas, partidarios del antiguo gobierno, derrocado en un golpe militar en mayo del 2014 después de meses de manifestaciones opositoras.
“La bomba tenía por objetivo matar al máximo número posible de personas, ya que el santuario está lleno de gente sobre las seis y las siete de la tarde” , dijo este martes el portavoz de la policía Prawut Thavornsiri.
-Explosión cerca de una estación de metro-
Un pequeño artefacto explosivo estalló este martes cerca de una frecuentada estación de metro sin causar víctimas, anunció la policía, un día después de que una poderosa bomba matara a 20 personas en un santuario.
“Nadie resultó muerto ni herido. La policía se halla en la escena para investigar de qué tipo de artefacto se trató” indicó bajo anonimato un oficial de la comisaría de Yanawa a la AFP .
El incidente ocurrió poco después de las 13.00 (06.00 GMT) cerca de la estación Saphan Taksin.
Imgágenes de televisión mostraban a pasajeros corriendo después de que el artefacto estallara.
Por el momento, no ha habido reivindicación del ataque.
La Policía tailandesa buscaba este martes a un “sospechoso” del atentado perpetrado el lunes en un templo del centro de Bangkok, que dejó al menos 20 muertos y más de 120 heridos.
Según él, la bomba, detonada sobre las 18.30 locales (11.30 GMT) , contenía probablemente tres kilos de explosivos.
Las autoridades tailandesas creen que el blanco del atentado eran los extranjeros, y que los autores querían “dañar el turismo” , uno de los pocos sectores de la economía tailandesa que van bien.
Este martes, la cotización de la moneda tailandesa, el baht, se derrumbó a su nivel más bajo en seis años, a 35,6 unidades por un dólar.
La bolsa de Bangkok registraba pérdidas de en torno al 2%, con los inversores preocupados por las repercusiones del atentado cometido contra un sector clave para la economía como es el turismo.
Entre las víctimas hay al menos ocho extranjeros, muy numerosos en este tiempo a cielo abierto ubicado en el corazón de Bangkok, y en medio de los grandes centros comerciales de la ciudad.
En un comunicado, la policía confirmó la muerte de dos chinos, dos hongkoneses, dos malasios, un singapurense, un indonesio y cinco tailandeses. Las demás víctimas deben ser aún identificadas.
Inicialmente, las autoridades dijeron que entre los muertos había un filipino, pero en la lista revisada no había mención a esa persona.
– Sin reivindicación de momento –
“Escuché una detonación muy potente, y todo el edificio tembló. Salí corriendo a la calle” , explicó la noche del lunes a la AFP Panupan Chansing, empleado del Grand Hyatt, un lujoso hotel situado cerca del lugar de la explosión.
“Vi varios cadáveres yacientes, y vehículos incendiados. Me sentí muy triste de que esto ocurra al pueblo tailandés. Estoy asustado” , añadió este joven de 20 años.
El lugar del atentado es un santuario consagrado al dios hindú Brahma, que atrae también a miles de fieles budistas cada día.
El ataque no ha sido reivindicado, pero las sospechas recaen principalmente en las facciones políticas rivales del reino, dirigido por una junta militar desde hace 15 meses.
Desde mayo del 2014, Tailandia está gobernada por una junta militar, que tomó el poder para poner fin a meses de manifestaciones, a veces sangrientas, contra el gobierno de entonces, elegido democráticamente.
Ese país sigue bajo tensión y muy dividido después de una década de violencia política, jalonada por dos golpes de Estado.
Un personaje clave de esta polarización es el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, que se exilió para escapar a las acusaciones de corrupción de la justicia y sigue siendo popular en el norte del país. Su hermana Yingluck llegó también al cargo de primera ministra, y fue precisamente derrocada en el golpe de mayo del 2014.