Esta alza, la primera en un año, debería ser mínima, del orden de un cuarto de punto porcentual (0.25%), situando la tasa directriz entre 0.50% y 0.75%, dicen analistas.
El Comité de política monetaria de la Fed (FOMC) deliberará durante dos días y a las 18.00 GMT del miércoles anunciará su decisión. Luego la presidenta de la Fed, Janet Yellen, comparecerá en una conferencia de prensa.
La Fed publicará también nuevas previsiones económicas que serán escrutadas por los mercados para evaluar si la entidad integra ya potenciales consecuencias económicas de las promesas de reactivación presupuestaria realizadas por Trump.
“La Fed ha dado señales muy claras” de que va a subir las tasas, dijo Robert Hughes, economista del American Institute for Economic Research (AIER).
Alegría bursátil
Después de la sorpresiva elección de Trump, la bolsa evoluciona diariamente hacia nuevos récords y los rendimientos de los bonos del Tesoro se fortalecieron netamente, transmitiendo un entusiasmo que pocos economistas habían previsto.
Esta disparada se basa en la esperanza de una política de reactivación que conjugaría, según promesas de campaña, reducciones de gravámenes sobre los beneficios de las empresas, disminución de los impuestos a los ingresos, masivos gastos en infraestructura y flexibilización de las regulaciones.
Los miembros de la Fed planearán entonces una aceleración de los incrementos de tasas contra la política potencialmente inflacionaria de Trump. Por ahora, la Fed proyecta dos ajustes de tasas de un cuarto de punto en el 2017.
Si el miércoles el FOMC prevé 3 o 4 alzas en lugar de 2 en el 2017 y más de 3 en el 2018, los mercados dirán: “¡es una gran sorpresa!”, estimó Joe Gagnon, del Peterson Institute of International Economics.
Pero el experto afirma que la Fed decidirá “esperar y ver lo que pase en el plan de política presupuestaria”.
“Les interesa más no reaccionar a algo que todavía no pasó”, subrayó.
Máxime cuando se puede esperar ya el miércoles una reacción de Trump, que no se privó de criticar a la Fed y a Yellen durante la campaña.
“Trump ha cruzado tantas veces supuestas líneas rojas que sería tonto creer que se respetará la independencia del banco central”, afirmó Paul Ashworth, de Capital Economics.
Es difícil, sin embargo, prever de qué lado se colocará. El magnate inmobiliario se describe como “partidario de las tasas bajas”, aunque acusó a Yellen de mantener las tasas bajas para favorecer a los demócratas.
De todos modos, podrá influir rápidamente en la política del banco central, porque hay dos puestos de gobernadores a nombrar y el mandato de Yellen termina en 13 meses.