Las elecciones generales 2019 pusieron a prueba el último paquete de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. La reducción de algunas desigualdades entre candidatos en acceso a la exposición pública y una campaña más corta y menos onerosa, contribuyeron a apuntalar algunas figuras emergentes.
Qué consolidó a Torres y a Giammattei a la cabeza y cómo entender el avance de los emergentes Mulet y Cabrera
Sandra Torres, de la UNE, y Alejandro Giammattei, de Vamos, obtuvieron la posición esperada frente a unos emergentes Edmond Mulet, Humanista; y Thelma Cabrera, del MLP.
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En un contexto de desgaste a las figuras políticas tradicionales Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) mantuvo un primer lugar, con 25.7 por ciento de los votos; seguida por Alejandro Giammattei del partido Vamos, con 13.92 por ciento. Ambas figuras cumplieron con las expectativas de voto que arrojaban los sondeos, sin embargo, sus más cercanos seguidores Edmond Mulet, del Partido Humanista; y Thelma Cabrera, del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP) lograron recortar la distancia en la recta final de la campaña.
La candidatura de Mulet quedó a alrededor de 120 mil votos de distancia de Giammattei, con un margen de diferencia de 2.71 por ciento, mientras que Cabrera obtuvo 3.55 por ciento menos votos que el candidato de Vamos. Estos datos con cerca de 98 por ciento de las mesas computadas. Analistas políticos consultados ven como un factor determinante en el crecimiento del tercer y cuatro lugar en los comicios en una preferencia de los indecisos. Un crecimiento que mejoró sus resultados sobre una base de votos ya favorable.
Frente a los punteros de los comicios, Torres y Giammattei, los expertos entrevistados coinciden en destacar que son figuras ya ampliamente conocidas por electorado; en el caso de Torres con hasta un 100 por ciento de reconocimiento en algunas zonas, pero enfrentando un fuerte antivoto de alrededor del 50 por ciento. Mientras que Giammattei deberá trabajar en que su estructura partidaria convierta una parte de este probable rechazo a Torres en una preferencia por su candidatura. Una situación que no puede dar por sentado, señalan los expertos.
Resultados por regiones
La distribución del voto por departamentos muestra que Torres dominó en 17 de 22 departamentos. Obteniendo resultados en la elección presidencial que fueron del 18.23 por ciento, en su departamento ganado más bajo Quetzaltenango, a un 41.64 por ciento en el departamento de Jalapa. La UNE solo ocupó el segundo lugar en el departamento de Totonicapán, ganado por el MLP, y obtuvo el tercer sitio en los distritos de Chimaltenango, Solola y Guatemala, este último departamento con un peso en el padrón electoral de alrededor del 22 por ciento.
Por su parte, Vamos alcanzó el segundo lugar en nueve departamentos: Baja Verapaz, Chimaltenango, Chiquimula, Quiché, Quetzaltenango, San Marcos, Santa Rosa, Sololá y Suchitepéquez. Esto con porcentajes de voto que oscilaron entre el 13.42 por ciento y el 20.15 por ciento. Además Vamos ocupó el tercer lugar en la preferencia en otros nueve departamentos: Alta Verapaz, El Progreso, Escuintla, Izabal, Jalapa, Jutiapa, Retalhuleu, Totonicapán y Zacapa.
En su resultado más bajo Vamos obtuvo 9.63 por ciento de votos en Alta Verapaz y en su resultado más alto 16.69 por ciento en El Progreso.
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La distribución del voto del Partido Humanista, de Mulet, muestra que este candidato alcanzó el segundo lugar en siete departamentos, varios de ellos del oriente y nororiente del país: El Progreso, Izabal, Jalapa, Jutiapa, Jalapa, Zacapa, en la costa sur Escuintla y en el centro el departamento de Guatemala. Mientras que la candidatura de Mulet logró el tercer puesto en los depatamentos de Chiquimula, Petén, Sacatepéquez y Santa Rosa.
El partido Humanista no logró la mayoría de votos presidenciales en ningún departamento del país.
La cuarta fuerza en la carrera presidencial, Thelma Cabrera del MLP, ganó los departamentos de Chimaltenango, Sololá y Totonicapán. Con el departamento de Sololá con su mejor resultado 25.5 por ciento, una cuarta parte del total de sufragios.
El segundo puesto lo ocupó el MLP en los departamentos de Alta Verapaz, Petén, Huehuetenango, Retalhuleu y Sacatepéquez. Alcanzando su mejor resultado en en Retalhuleu en 18.47 por ciento, el departamento de origen de Cabrera. El tercer lugar lo alcanzó en los departamentos de Baja Verapaz, Quiché, Quetzaltenango, San Marcos y Suchitepéquez.
Por su parte el partido oficial, Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación) solo alcanzó el tercer lugar en un departamento, Huehuetenango, con 8.5 por ciento.
Análisis post comicios
Para el politólogo José Carlos Sanabria, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), el relativo estancamiento de las candidaturas de Torres y Giammattei responde a dos variables: Comparativamente la UNE posee una estructura partidaria más amplia que Vamos, por lo que el partido de Giammattei deberá fortalecer su estructura a nivel territorial para mejorar sus resultados en la segunda vuelta de la elección presidencial.
El segundo aspecto a considerar es que a partir de los recientes comicios la figura de Giammattei seguramente alcanzará su mayor nivel de conocimiento al continuar en el proceso electoral como el rival de Torres. “Si bien no tuvo un desempeño tan fuerte como se esperaba, aún con la salida de dos aspirantes a la presidencia fuertes como Zury Ríos y Thelma Aldana, sale de la primera ronda con un nivel de conocimiento mucho mayor” apunta Sanabria.
Respecto a Torres el politólogo señala que la candidata muestra una característica que ya era evidente en el anterior proceso electoral “le cuesta crecer, pese a sus esfuerzos continuos el peso del antivoto, alrededor del 50 por ciento, según sondeos es muy fuerte” apunta el experto.
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Sanabria, sin embargo, advierte que el papel del antivoto en segunda vuelta “no es un ejercicio de sumar y restar, se tienen que dar otros elementos en la campaña para decidir como el desempeño en foros y debates, para ganarse votos, entre otros lugares en sectores urbanos”:
Para el director del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos, Rubén Hidalgo, un perspectiva para entender los resultados presidenciales de esta primera ronda de los comicios es que los dos candidatos punteros “contaban con un voto decantado que no se movió, un voto que estaba consciente de su elección”, la variable que pudo brindar un mejor desempeño de candidaturas como las de Mulet y Cabrera, apunta Hidalgo, fue la de cerca de la mitad del electorado con ciertas dudas hacia su intención de voto, según lo señalaba la Encuesta Libre 2019, publicada el 13 de junio.
La alta expectativa de cambio, y una cierta identificación de Torres y Giammattei, ambos con más de 20 años de actividad política partidaria, con la “política tradicional” pudo haber apuntalado los resultados de Mulet y Cabrera en los recientes comicios comentó Hidalgo.
En el caso del Partido Humanista, Sanabria destacó que se le puede considerar una campaña exitosa: “logró posicionar a un candidato de un partido desconocido, en un contexto con una oferta de binomios muy alta, y done la diferenciación era compleja, partiendo de un candidato (Mulet) con niveles de conocimiento muy bajo”.
Respecto al MLP el analista de Asíes expusó que lograron establecer una narrativa de “la política tradicional versus la nueva política, y bajo la interpretación de muchos ciudadanos encajaba en el modelo de nueva política”. Campañas como las de Humanista y MLP, expone Sanabria, demostraron que si era posible posicionar candidatos en tres meses, aunque en el caso de Cabrera esta ya contaba con un líderazgo social de varios años y un movimiento social organizado en su respaldo.
Por otra parte Hidalgo destaca que la concentración de segundos lugares para el Partido Humanista en la región oriental también tiene una lectura de “preferencia entre población en su mayoría mestiza con características tradicionales y conservadoras, en algunos casos, y que no se sitió identificado con la candidatura de Giammattei”.