Indicó que en apariencia se lleva una vida normal, pero en el interior está oculto el miedo, que resurge con temblores como el del 6 de septiembre, cuando hubo un sismo bastante fuerte.
Milhen Orozco, de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, indicó que efectúan simulacros de sismos para educar a niños, y que estos están muy afectados, por lo que necesitan orientación.
Añadió que han desarrollado jornadas de salud mental para minimizar el estrés postraumático ante un evento adverso en San Pedro Sacatepéquez y la cabecera.
Señaló que han atendido a 700 estudiantes en forma grupal y 350 casos individuales de personas de distintas edades.
Quinteros indicó que cuatro estudiantes de Psicología han capacitado a 56 promotores de salud mental, para que apliquen lo aprendido en el altiplano marquense.
La psicóloga Dinora González de Rivero comentó que debido a que la actividad sísmica continúa, entre la población aún persiste el temor, y que se necesita de tratamiento terapéutico para superarlo totalmente.
Marco Antonio Juárez, psicólogo, refirió que mucha gente perdió a seres queridos y viviendas, y que algunos tuvieron que emigrar y familias quedaron divididas. Hay bastantes que todavía están a la espera de la ayuda del Gobierno.
“Se vivió un drama, prosiguió el trauma y se afronta psicosis social porque la acción sísmica continúa”, puntualizó Juárez.