Revista TodoDeportes

Debajo del puente hay muchos sueños de niños deportistas

Cinco niños promesas del deporte nacional, que viven en asentamientos cercanos al puente del Incienso, anhelan un mejor futuro para ellos y sus familias.

Varios niños, que viven en los asentamientos debajo del puente Del Incienso, son apasionados del deporte. (Foto Prensa Libre: Romeo Rios)<br _mce_bogus="1"/>

Varios niños, que viven en los asentamientos debajo del puente Del Incienso, son apasionados del deporte. (Foto Prensa Libre: Romeo Rios)

En el barrio hay un poco de temor porque días atrás asesinaron a uno de los vecinos, por no haber pagado la extorsión; además,  los desalojos de viviendas  agobian  a las familias de los asentamientos Las Torres y Linda Vista.
 

La situación es difícil  y las personas aprendieron a vivir en una cruda realidad, llena de indiferencia, violencia y sin tolerancia.
        

Pero entre esas 300 familias de los asentamientos hay cinco niños que guardan una esperanza, pues a pesar de lo complicado de su diario vivir mantienen  la ilusión de un futuro mejor y han encontrado en el deporte una manera de escapar de la realidad y soñar con algo mejor para ellos y sus familias.

Ellos son la gimnasta Helen Soberanis, el badmintonista Brayan Mendoza, el boxeador Arnold Barrios, el luchador Jefferson Chajón  y el jugador de balonmano Luis Chávez, cinco atletas destacados que fueron observados por la Fundación Olímpica Guatemalteca y desde hace varios meses aprovechan una oportunidad en su barrio para hacer deporte.

Un escape
A ninguno le gusta hablar sobre la situación de sus familias.  Se limitan a decir: “Mi papá es comerciante”.

Otros, como   Arnold Barrios, al consultarle sobre la violencia que acosa su barrio,  explicó: “Aquí solo pasan cosas normales”.
Pero… ¿Qué son cosas normales?, se le preguntó.  “Pues, como en todas las colonias, que matan gente y cosas así”, respondió con naturalidad.
No es fácil entrar en confianza con los pequeños, y son sus profesores y entrenadores quienes logran abrir   su corazón y saber la cruda realidad de su diario vivir.

En dos  años del proyecto han logrado introducir a más de cien menores en diferentes disciplinas, pero muchos de ellos ya los abandonaron.
“Hay algunos que tuvieron que huir, porque sus familiares fueron asesinados o están en problemas serios.  Otros desaparecieron del mapa y se fueron a vivir a otros lugares, para escapar de las manos de los delincuentes”,  contó uno de los coordinadores técnicos del proyecto.
Anhelos  de  Helen

La más pequeña de los destacados es Helen Soberanis, de 8 años, quien practica gimnasia artística.

Es tímida frente a  las cámaras, pero en la pista se transforma y desde pequeña muestra su potencial en esa especialidad, pues en la recién pasada Copa Quetzal obtuvo varias medallas, ente ellas el primer lugar en Viga, segundo en Barra y plata en Todo Evento.

Es la  hija  más chica de siete hermanos, y mientras su padre vende discos de música en una pasarela y su madre comercializa  ropa, Helen aprovecha la oportunidad y asiste a clases de gimnasia todos las tardes.

“Me gusta mucho esto y quiero seguir ganando medallas”, comentó con  timidez la pequeña.

Puños de acero
El más platicador de los cinco es Arnold Barrios, quien practica boxeo y a sus 17 años tiene grandes metas por cumplir.

Arnold no tuvo miedo a contar parte de su vida cotidiana y expuso varios problemas que suceden en los asentamientos de esa zona de la capital.

“Hace tiempo mataron a un mi cuate; estábamos jugando futbol cuando llegaron   y lo mataron”, recordó Arnold, quien antes de dedicarse al boxeo trabajaba para ayudar a sobrevivir a su familia, integrada por cinco hermanos.

Luchan por sus sueños
Brayan Mendoza tiene 11 años y en el último torneo nacional escolar de bádminton ocupó el tercer lugar de su categoría.

Es otra de las grandes promesas, y luego de año y medio de practicar este deporte sabe a dónde quiere llegar.

“Admiro a Kevin Cordón, lo he visto jugar y es muy bueno, por lo que quiero ser como él”, confesó.

La familia de Brayan también se dedica al comercio, pues su padre vende materiales de metal, mientras que su madre, cosméticos.
TodoDeportes entrevistó a los pequeños un día antes del desalojo de las viviendas en el asentamiento Linda Vista, en julio recién pasado.
En ese lugar vivía Luis Chávez, a quien sus entrenadores le pidieron que se quedara mejor en casa para arreglar  los problemas de desalojo, pero dijo que no, que quería olvidarse de esos inconvenientes y prefirió conversar.

Uno de los orgullos de Luis es su convocatoria a la selección Sub 15 de balonmano, que participó en un torneo centroamericano en Costa Rica, en el que alcanzaron el oro.

“Era torneo Sub 18 y ganamos el oro.  Tengo un año participando con las selecciones y quiero seguir adelante para darle triunfos a Guatemala”, afirmó el jugador, quien tuvo que abandonar su vivienda en  Linda Vista y trasladarse a Las Torres, donde su familia alquila un cuarto para que pueda continuar en el programa deportivo.

El último de los chicos promesa es Jefferson Chajón Barrios, de lucha libre,  de 14 años,  quien aseguró que quiere seguir en el deporte por mucho tiempo.

“Tengo tres años practicando lucha, quiero seguir aquí porque muchos de mis compañeros han tenido éxitos”, afirmó.

En marzo último participó en los Juegos Nacionales escolares y ganó  oro, mientras que en la Copa Pat Shaw alcanzó el bronce.

Una esperanza
La vida no es fácil para ninguno de ellos, pero guardan sus ilusiones de estar algún día en la élite del deporte guatemalteco y poder entregar un mejor futuro para sus familias.

Aprovechan al máximo el Proyecto Enlance entre Barrios Hoodlinks,  de la Fundación Olímpica Guatemalteca, que desde marzo del 2012 otorga a los atletas, entrenadores, equipo deportivo, canchas, apoyo médico y  nutricional.

El proyecto inició como plan piloto, pero tras el éxito alcanzado en el último año —alrededor de 50 niños se mantienen—, muchos menores tendrán la esperanza de seguir el camino de estos cinco futuros atletas y cambiar su destino.

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