Para la familia Félix Suenaga fue difícil que el hijo menor dejara la casa, pero también dio tranquilidad, pues Sinaloa es uno de los estados más peligrosos de México. Ese lugar también es conocido por sus bellas mujeres y la narcocultura, la cual se refleja en los populares corridos.
Pero a Carlos esa vida llena de lujos y peligro no lo convenció, prefirió una tranquila, al lado de una pelota de futbol.
Siempre fue un apasionado de los deportes que se practican con un balón, como el baloncesto y el beisbol —es muy popular en su natal Sinaloa— pero especialmente el futbol. Fue su padre quien le compró su primera pelota y zapatos, sin imaginar que con ese regalo le abriría las puertas a un mundo nuevo, lleno de satisfacciones, pero también de mucho sacrificio. Como cualquier niño, su mayor ilusión durante el recreo en la escuela y después de clases eran las chamuscas con sus amigos. El amor al balompié es de familia, pues varios de sus parientes lo practican, pero él es el primero en hacerlo profesionalmente, por lo que nunca dudaron en motivarlo y brindarle el apoyo necesario para que lograra sobresalir.
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