En el libro Los presidentes de Guatemala. Historias y Anécdotas, del historiador Héctor Gaitán A., se describe el año 1867 como el más difícil para Cerna, porque el “mariscal don Serapio Cruz” —Tata Lapo— empleó la estrategia de guerra de guerrillas para atacar distintos cuarteles del país y derrocar el gobierno conservador, lo cual no logró.
En 1869, sin embargo, el movimiento guerrillero surgió con más fuerza, siempre encabezado por el mariscal Cruz, “pero en alianza con Justo Rufino Barrios. La invasión llegó por el lado de México, atacando poblaciones de Huehuetenango, pero el grupo fue perseguido por las fuerzas leales a Cerna y replegado hasta la frontera con dicho país”, cuenta Gaitán.
Tras un período de calma, Tata Lapo apareció en los alrededores de la capital. “Los servicios de inteligencia del Gobierno no se durmieron y lo detectaron en Palencia”.
Fue el general Antonio Solares quien lo encontró y lo derrotó. Durante el enfrentamiento, el mariscal Cruz murió y fue decapitado para complacer a Cerna, quien mandó a exhibir la cabeza en el Hospital San Juan de Dios.
“Este suceso no hizo más que precipitar la caída de Cerna, ante el descontento general de los guatemaltecos. A partir de aquel día, los meses estuvieron contados para dicho gobierno, porque los rebeldes tomaron mayor fuerza en las montañas de occidente del país con otro movimiento liderado por Miguel García Granados y Justo Rufino Barrios, quienes el 29 de junio de 1871 derrotan al ejército conservador en las cercanías de San Lucas Sacatepéquez y entraron triunfantes a la capital el 30 de junio de 1871”, añade.