Revista D

“No tocar, para una serie”, acuarelas inéditas de Carlos Mérida.

La serie de seis piezas fue hallada por sus descendientes en el año que se conmemora el 125 aniversario de su nacimiento.

Fragmento de la serie inédita “Divagaciones plásticas alrededor de un tema azteca”. (Fotos: cortesía Fundación Rozas-Botrán).

Fragmento de la serie inédita “Divagaciones plásticas alrededor de un tema azteca”. (Fotos: cortesía Fundación Rozas-Botrán).

Al revisar los documentos que Carlos Mérida confió a su familia, Cristina Navas y Mérida, nieta del artista, encontró un sobre sellado y en el que su abuelo había escrito: “No tocar, para una serie”.
El hallazgo de seis acuarelas, creadas en la década de 1940, permite apreciar una etapa temprana del artista guatemalteco. Navas y Mérida las reprodujo en una edición limitada de 30 carpetas, como parte del 125 aniversario del nacimiento del pintor y muralista, quien nació el 2 de diciembre de 1891 y falleció el 21 de diciembre de 1985.
El material inédito se encontró en México, durante los primeros meses del año.
 Cada una de las acuarelas lleva al pie una frase escrita por el artista, que remite al universo prehispánico que sustentó su obra, principalmente la mural. Pero, a diferencia de la geometría que caracteriza su trabajo, en estas predominan las líneas curvas, por lo que se asume que podrían pertenecer a una etapa transitoria o temprana de su producción.
“No es lo clásico de Mérida, por lo cual consideré que sería poca la gente la interesada, probablemente coleccionistas. Por ello, la edición es limitada, para los que buscan algo concreto y menos comercial”, indica  Navas y Mérida, quien visitó recientemente el país para la presentar las piezas.
La impresión del material estuvo a cargo del Taller Experimental de Gráfica de Guatemala. “Cuando vi las pruebas supe que la obra de mi abuelo estuvo en las manos indicadas”, señala Navas y Mérida.
 

En exhibición

“Cuando Cristina me comentó del hallazgo le propuse crear una edición especial de grabados para divulgar y promover las acuarelas y ella dio su consentimiento. Se prepararon únicamente 30 unidades, cada una incluye las seis piezas y un texto que explica su contexto e importancia”, señala José Rozas-Botrán, presidente de la Fundación Rozas-Botrán.
Cada grabado está numerado y sellado para asegurar su legitimidad, trabajado en papel libre de ácido.
 El público puede conocer temporalmente este atípico material  de Mérida en la galería de arte que la Fundación tiene en la zona 14, posteriormente, dice su presidente, serán exhibidas en el Museo Unis Rozas-Botrán, de la Universidad del Istmo.
Navas y Mérida recuerda que a su abuelo le agradaba escuchar música. “Le gustaba mucho el jazz. Siempre que pienso en él lo asocio con sus discos, pintando en su estudio. Dios me dio la oportunidad de conocerlo en los últimos 10 años de su vida. Era como una organizadora de todo lo relacionado a su pintura y eso me marcó para divulgar su legado”, cuenta.
La experiencia la motivó para crear la Fundación Casa Mérida. “Finalizamos los trámites para su institución. Confiamos que pronto podamos comenzar a planificar actividades para preservar la obra de Mérida y también ayudar a nuevos pintores, así como a propiciar intercambios artísticos con Guatemala. Otro de los objetivos es la creación de un premio anual que lleve el nombre de mi abuelo. Son muchos los proyectos que queremos concretar”, comenta.
 

Obra gráfica

Este año, además, se prevé la presentación de un libro que incluirá toda la obra gráfica de Mérida. “Hubo uno muy completo en 1981, unos años antes de su muerte. Fueron unas cinco o seis piezas las que mi abuelo hizo después de su publicación, estas estarán incluidas en el nuevo”, explica Navas y Mérida.
 

Acervo

La nieta del artista desea que el Museo de Arte Moderno de Guatemala amplíe el espacio dedicado a su abuelo para que se exhiba la totalidad del acervo que su familia cedió al recinto.
“No es posible que un museo que lleve su nombre tenga en exposición tan poco acerca de él, es un pintor que trascendió su nacionalidad y es ya un referente mundial. Considero que tanto él como el público de todas las latitudes merecen conocer más de su vida y obra, en una mejor sala. Esa fue la intención de la familia al donar su legado a Guatemala”.

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