Revista D

Larrave, el funcionario fiel de Manuel Estrada Cabrera

Miguel Larrave, controvertido militar al servicio de Manuel Estrada Cabrera, cayó en prisión, colaboró en el derrocamiento de Carlos Herrera Luna y cogobernó el país por un día.

Poco conocida es la historia del general  Miguel Larrave, quien formó parte del efímero triunvirato que gobernó Guatemala entre el 5 y 6 de diciembre de 1921, luego de que, junto a José María Lima y José María Orellana, terminaran con el gobierno de Carlos Herrera Luna, quien a su vez había reemplazado en la silla presidencial al dictador Manuel Estrada Cabrera, el 15 de abril de 1920.

Inicios

Larrave nació en la Ciudad de Guatemala en 1857, hijo del general Luis Molina y de Manuela Larrave, descendiente directa de José Antonio de Larrave, uno de los próceres de la Independencia.
Don Miguel empezó su carrera en la milicia a los 17 años, cuando se encontraba en el poder Justo Rufino Barrios. Comenzó  como soldado raso en el Cuerpo de Artillería de la capital.
Se hizo brecha hasta recibir el grado de General de División y la condecoración Cruz de Honor del Mérito Militar.
Años más tarde fue diputado a la Asamblea Nacional Legislativa.
El libro Semblanzas. Ministros de la Guerra y de la Defensa Nacional de Guatemala (1971), escrito por Manuel Octavio Zea Carrascosa, indica que Larrave  arriesgó su vida en 1887 “para evitar el estallido de una rebelión que habría producido gran derramamiento de sangre”.
El autor también exalta la intervención de ese militar en 1892, pues refiere que hizo fracasar un cuartelazo.
También participó en varias guerras y revueltas (1876, 1885, 1890, 1897, 1906), así como en las expediciones a la frontera salvadoreña en 1903 y 1907.

Las notas

Carlos Rodríguez, tataranieto de Miguel Larrave, revela vía correo electrónico algunas anécdotas de su familiar, las cuales tomó de un cuaderno con anotaciones de su abuela, Florencia de Jesús Larrave de Samayoa.
“Don Miguel fue fiel servidor del presidente Manuel Estrada Cabrera, pero como este se quedó en el poder por 22 años, era lógico que, luego de su caída, el pueblo ya no lo quisiera”, escribe.
Así sucedió allá a principios de 1920, cuando los unionistas empezaron con un fuerte movimiento para terminar con la dictadura del llamado Señor Presidente.
Estrada Cabrera, “palpando o convenciéndose de que no era grato, se refugió en La Palma (actual colonia La Palmita); el nerviosismo cundió y empezaron a desertar varios militares”, se consigna en las anotaciones de Larrave de Samayoa.
El clima social de entonces era terrible y angustioso. A cada momento surgían noticias de que iban a llegar a la capital los batallones Canales y Jalapa, entonces con fama de fuertes y valerosos.
“Hubo momentos en que los militares quedaban desabastecidos de alimentos, así que formaban a los soldados y les decían: ‘Los que tengan la valentía de salir a la calle para buscar algo de comer, que den un paso adelante’. En una de esas lo hicieron los señores José Antonio y su hermano Miguel, hijos de don Miguel Larrave”, continúa el texto.
Según su crónica, en esos tiempos solía encontrarse en las tiendas “chorizos colgados que negreaban de moscas o pedazos de queso enmohecido”.
Por fin, Estrada Cabrera se rindió y lo encarcelaron junto con varios de sus subalternos, entre ellos Miguel Larrave.
El 18 de mayo de 1920, un Consejo de Guerra lo condenó a muerte, pero el gobierno de Herrera Luna lo indultó.
Poco después, en los albores del centenario de la Independencia del país, algunos guatemaltecos consideraron que era “inaudito” que un familiar de un prócer estuviera preso, aunque, por supuesto, otros se oponían a que lo liberaran.
Luego de varias discusiones, salió de la cárcel. De hecho, el 15 de septiembre de 1921, don Miguel Larrave recibió una hoja de laurel de plata, la cual entregaron a los descendientes directos de aquellos que propiciaron la emancipación de Guatemala.
“Luego de ser humillado, Larrave optó por unirse a los generales José María Orellana y José María Lima para derrocar a Herrera Luna, lo cual se consumó el 5 de diciembre de 1921, que en su momento fue considerado un acto de traición”.

El fin

El general Miguel Larrave fue ministro de Guerra del 25 de noviembre de 1924 al 25 de marzo de 1929, cuando enfermó. Ahí decidió retirarse. Falleció en la capital el 17 de julio de 1939.

 

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