En medio de una consola y dos pantallas de computadora, la Magaza, bautizada así por sus radioescuchas, contesta llamadas telefónicas en las cuales le solicitan canciones, responde mensajes de texto, interactúa con su audiencia de Facebook y ofrece consejos naturistas a sus fieles oyentes.
Sombreros y varitas
Con los años ha sabido sumar audiencia, pues cada día el público se distrae con sus trucos y además escucha música de los años 1970, 1980 y 1990.
Segmentos como Lunes de apariciones, Miércoles de escapismo o Viernes de truco han hechizado hasta al más incrédulo.
Chispa
“En mi vida imaginé ser locutora”, cuenta Merlyn, luego de sumar ocho años en esta profesión. Tenía 21 años cuando se acercó a la radio para grabar unos anuncios. Fue durante las prácticas universitarias que tuvo la oportunidad de presentarse con el director creativo. Hizo unas pruebas y estas llegaron a las manos de los propietarios de la radio. A los pocos días la llamaron para ofrecerle trabajo.
“Empecé el 5 de febrero del 2007 en el programa Bolsa, zapatos y música”, recuerda con claridad. Un programa muy variado para la mujer, que condujo por seis años.
En el 2012 le pidieron ayuda para cubrir unas vacaciones en la Clásica. “Me quedé con este programa también”, cuenta.
El público de esta emisora se caracteriza por emitir duras críticas en las que ella ha sido blanco de muchos por no hablar inglés.
“Hay comentarios muy fuertes, pero los dueños creen que he tenido éxito porque me río de mis errores, aunque por dentro me muera de la pena, llore o me enoje”.
Merlyn ha aprendido a no tomar personales las opiniones negativas, aunque admite que en la actualidad recibe clases de inglés.
En la sangre
Merlyn viene de una familia de músicos y locutores. Su abuelo, José Rolando Villamar Shaw fue locutor del programa Chapinlandia de la TGW y Marvin López, su padre, es músico.
De su madre, Eugenia Villamar, no le agradaba su gusto musical, pues era muy retro pero fue ese hábito el que la llevó a conducir uno de sus programas, a pesar de su juventud.
“Tuve una relación muy estrecha con ella. De hecho estuvimos embarazadas al mismo tiempo, pero lamentablemente hace un año falleció. Sin embargo, la tengo más presente que nunca”, refiere entre lágrimas.
Tiene una hija de cinco años a quien acostumbra contarle un cuento antes de acostarse, lo cual, confiesa, a veces es cansado, pero le ha dado a su niña una gran imaginación y creatividad.
La conductora cumple largas jornadas de trabajo. Se levanta a las 4 de la mañana y utiliza el transporte público para movilizarse, lo que le permite conectarse con los radioescuchas que viven esta realidad.
Encanto
“Mi trabajo es aportar cosas buenas, no puedo ser negativa. Así se esté cayendo el mundo”, sostiene.
De sus dos programas Merlyn afirma que ambos le gustan. “Mía se enfoca en Dios, mientras que Clásica es para estar con los amigos. Cuando le encuentras pasión a algo y te diviertes, es suficiente”, dice.
Lo cierto es que la radio es magia, pero son pocos los locutores que poseen el talento natural para desdoblar su personalidad. Quizás este sea el éxito de la Magaza.
- Pénsum cerrado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Carlos de Guatemala.
- Estudió en el Conservatorio Nacional de Música durante cinco años. Su instrumento es el fagote, pero también estudió guitarra.
- Perteneció a la Orquesta Sinfónica Juvenil Jesús Castillo.
- También graba spots, documentales y jingles.
- Cantautora. Recién estrenó el dueto Leche con mermelada, estilo funk-jazz, junto a su esposo Daniel Alburez, productor musical.