De acuerdo con la información se considera que en el futuro la proteína de los insectos tendrá mercadeo igual al de los mariscos y otras especies animales que tradicionalmente han estado disponibles para el consumo humano. En ese sentido se cita un reporte de la administración de la alimentación y agricultura de las Naciones Unidas que afirma que será una necesidad el incremento de la industria para procesar insectos, como los grillos, con el fin de agregar soluciones que aseguren alimento para la población mundial.
Al señalar el reporte que los insectos tienen alto contenido proteínico, son ricos en grasa, vitaminas y minerales, se destaca que se reproducen rápido y tienen bajo impacto en el ambiente. Los grillos, por ejemplo, requieren 12 veces menos alimento y 13 veces menos agua que el ganado para producir la misma cantidad de proteína comestible y además mucho menos proporción de espacio para su reproducción, agrega el reporte.
Una información adicional indica que en la actualidad los insectos son parte de la dieta tradicional de por lo menos dos millones de habitantes de Asia y África, donde unas mil 900 especies han sido utilizadas como alimento. En Canadá, con una demografía multicultural y con una considerable presencia de inmigrantes provenientes de esos continentes se piensa que habrá un potencial mercado para el consumo de los grillos y de hecho ya los hay disponibles en algunos comercios de alimentos. No resulta extraño que para habitantes provenientes de países como Filipinas, Tailandia, Taiwán, entre otros, no resulta novedoso ese alimento, en tanto que para gente de regiones del mundo con hábitos diferentes ese alimento está sujeto a un reacondicionamiento social.
Algunos sectores de la población canadiense pueden ser muy receptivos al novedoso consumo de grillos, y de mayor motivación si son presentados en menús atractivos como podrían ser los grillos marinados o a la plancha. No hace mucho unos jóvenes escolares, dieron una demostración en un canal de televisión, comiendo con deleite grillos asados. “Desde temprana edad hemos sido enseñados que los insectos son en cierta forma repulsivos y hace unos 30 años el “sushi”, por ejemplo, era considerado desagradable pero con el tiempo hemos aprendido que no es así. Mis niños comen con placer el producto de la granja de su papá” declaró recientemente Darren Goldin, gerente de la planta Granjas del Próximo Milenio.
“Hay cierto factor de asco, pero los insectos son una fuente viable de proteínas y con el progresivo alto costo de los alimentos, tenemos que encontrar alternativas, la cuestión está en cómo superar la repulsión por esa clase de alimento” dice el profesor Evan Fraser, de la Universidad de Guelph, especialista en la materia, quien expone que toda vez que un insecto como el grillo es sazonado con el respectivo tratamiento culinario tiene sabor a menudos de pollo. Declaró el académico -quien confiesa que en lo particular no le gustó el grillo refrito que tuvo que comer en una demostración- que expertos en alimentación dicen que se puede aliñar de cierta forma la preparación de los grillos, que los convierte en un plato muy delicioso.
Según una nota de prensa, el señor John Urquhart, conservacionista científico, considera que los insectos son una muy eficiente fuente de alimentación, comparado con la carne derivada del ganado. Sin embargo, Urquhart advierte que es importante recordar que la población de insectos ha declinado de forma considerable por su consumo en los países donde son parte de la alimentación diaria y que son recursos que sin ser ilimitados requieren de un adecuado manejo para evitar su extinción. Pero con respecto a la planta de procesamiento de grillos en Canadá, piensa que es una buena idea para hacer algo sostenible de ese producto.
No obstante el elogio para esa nueva industria, algunos críticos dicen que no es necesario hacer comer cosas que no quiere la gente y lo que debe hacerse es disponer más de los alimentos tradicionales para que lleguen a la mesa de todos, en un mundo donde la brecha entre los pobres y los ricos se hace más profunda. Reconocen que hay culturas donde ha sido tradicional alimentarse con insectos, pero en grupos sociales de hábitos diferentes lo conveniente es la preservación de las costumbres.
El proyecto de los empresarios de la incipiente industria del procesamiento de grillo, es lanzar al exterior su producto como lo hacen los de industria similar en Estados Unidos, donde las empresas Chapul y Exo, tienen en el mercado barras como las de chocolate, fabricadas a base grillo, con recetas que incluyen dátiles, cocoa, miel y avena, en ingredientes también añadidos a otros productos similares que aseguran los fabricantes están libre de gluten, soya y lácteos.
A ver si llega a Guatemala esa exportación, para variar en la comida, con tal que el consumidor no tenga remordimiento por comerse al “grillito cantor” si es que en su memoria todavía está presente tan popular personaje.