Revista D

Gobernantes sorpresivos

Los presidentes guatemaltecos que llegaron al poder sin tener probabilidades.

<br _mce_bogus="1"/>

En el tomo IV de El libro de las efemérides, de F. Hernández de León (1959), se lee la  siguiente historia: “En   Guatemala sube a la  presidencia de la República el que menos se piensa. Lo tengo experimentado. No llega el que más probabilidades presenta. Desde Rafael Carrera,  los de mayores probabilidades se han ido a la canasta pública y ha saltado la liebre por donde menos se ha pensado. A la muerte de su Excelencia —Carrera—, el candidato seguro era el mariscal Zavala;  sin embargo, se le dio la tajada al mariscal —Vicente— Cerna. Luego, en lo que menos se pensaba era en la reelección,  y Zavala se quedó con los crespones hechos para toda su vida.

Posteriormente,  en vez de Zavala  subieron a —Miguel— García Granados y a —Justo Rufino— Barrios. A la muerte de Barrios, el de mayores probabilidades era don Martín Barrundia, y  no fue presidente porque … no quiso. Fue  —Manuel Lizandro— Barillas. A Barillas le debió suceder don Francisco Lainfiesta o   don Calixto Mendizábal por parte del Gobierno; o el doctor Montúfar, por parte de los liberales históricos. Sin embargo, salió el general —José María— Reyna Barrios, que se encontraba en  Estados Unidos.

 A Reyna Barrios le debió suceder Próspero Morales. Inevitablemente le sucedió Estrada Cabrera, que nadie había pensado en él. En los últimos días de Estrada Cabrera no se pensó en serio quién lo sustituiría, pero  el que menos estaba llamado a heredar era don Carlos Herrera, y   don Carlos  fue presidente por obra y gracia de los unionistas. A Herrera  lo sustituyó el general —José María— Orellana, que, estamos seguros, nunca entró en sus cálculos llegar a la primera magistratura. De estos casos, ya puede el lector sacar la  consecuencia que se le antoje”, expresa Hernández De León.

ESCRITO POR: