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Después del triunfo de la Revolución de 1871, asumió la presidencia Miguel García Granados, quien fue sustituido por Barrios en 1873. Este emprendió reformas económicas y políticas, potenció el cultivo de café, introdujo el ferrocarril y el telégrafo, y decretó la educación laica, gratuita y obligatoria.
Influencia regional
Los presidentes de Guatemala y El Salvador impusieron como gobernante de Honduras a Céleo Arias, a la caída de José María Medina. Después hicieron lo propio con Ponciano Leiva. Barrios declaró la guerra al nuevo presidente salvadoreño, Andrés Valle, e instaló a Rafael Zaldívar.
En Honduras colocó a su exministro Marco Aurelio Soto, a quien después hizo renunciar para sustituirlo por Luis Bográn, según refiere la Historia General de Guatemala.
En ese contexto de dominio, decidió lanzar un plan de reunificación centroamericana. Varios encuentros hubo entre Barrios y sus homólogos salvadoreño y hondureño. El Reformador resolvió a toda prisa el problema limítrofe con México, a fin de no tener otro frente si llegaba a lanzar una ofensiva militar.
El 28 de febrero de 1885 emitió un decreto, por el cual proclamaba unilateralmente la unión de Centroamérica. Con ello asumía el mando absoluto como supremo jefe militar y advirtió que invadiría al país que se opusiera.
Barrios creía contar con el apoyo de Bográn y Zaldívar. También envió emisarios a Nicaragua y Costa Rica. Zaldívar le dijo en un telegrama que contaba con su apoyo, pero en realidad no quería la unión y se dirigió al presidente de México para protestar contra la amenaza de Barrios. Tropas mexicanas se instalaron en la frontera guatemalteca.
El Senado de EE. UU. protestó por la acción unilateral, sobre todo por el temor a perder derechos en la futura construcción del canal interoceánico que se planificaba en Nicaragua.
Zaldívar buscó retrasar la invasión con el apoyo de Nicaragua y Costa Rica. La prensa de estos países criticó la “ambición” de Barrios. Este, a su vez, percibió la postura y con el apoyo de Bogrón decidió invadir El Salvador. “Lo que soy yo no me echo atrás, suceda lo que suceda, aunque el cielo se venga abajo”, exclamó el caudillo, refiere Antonio Batres Jáuregui.
La última batalla
Comenzaron los preparativos para la guerra. Al iniciar la campaña de invasión Barrios hizo cambios en el batallón Jalapa. Relevó del mando al coronel Vicente Bonilla Cruz, por desconfianza, y puso el coronel Antonio Girón.
Barrios llegó a Jalapa el 1 de abril de 1885. Iba disgustado, pues EE. UU. y México se habían opuesto a su declaratoria. Quería controlar Chalchuapa, El Salvador, y luego llegar a Santa Ana. El 2 de abril se amotinó el batallón Jalapa, por la muerte del general Bonilla Cruz y de Girón. Barrios fue personalmente a controlar la insurrección y al llegar asumió el mando de la tropa y la dirigió desde una loma. Allí recibió un mortal disparo, que para unos provino del Ejército salvadoreño, pero según el historiador Batres pudo ser un atentado planificado por adversarios.
El Reformador
Justo Rufino Barrios nació el 19 de julio de 1835 en San Marcos.
1872: como presidente provissorio durante una ausencia de Miguel García Granados, ordena la expropiación de bienes a la Iglesia.
1873: es electo presidente
1879: promulga la Constitución liberal que estaría vigente hasta 1944.
1974: reactiva una ley de 1830 para legalizar el uso de mano de obra indígena de manera casi forzosa.
1875: plantea junto con Honduras relanzar el ideal de Unión Centroamericana.
1876: derroca al presidente salvadoreño Andrés Valle e instala a Rafael Zaldívar.
1880: construye la primera estación del ferrocarril.
1882: aprueba el tratado Herrera Mariscal con México, mediante el cual se suprime el reclamo territorial de Soconusco.
1883: Barrios presenta su renuncia a la Presidencia, pero la Asamblea no se la acepta.
1885: el 7 de marzo declara la Unión Centroamericana y el 23 de marzo sale con sus tropas hacia El Salvador. Muere el 2 de abril.
Con información de la Historia General de Guatemala.
