En la entrada hay dos opciones. La primera es continuar los dos kilómetros restantes a bordo del automóvil —es posible ir en uno tipo sedán en buen estado— o bien aventurarse a caminar por un sendero, lo cual requerirá 40 minutos. Esto último se recomienda hacerlo acompañado de los guías de la comunidad. De hecho, sus pobladores —de la etnia queqchí— son quienes administran el turismo a través de la Asociación de Desarrollo Integral de Sepalau (Adeis).
Pero, ¿por qué ir a pie? Bueno, pues los amables habitantes explicarán detalles del área, por ejemplo, que por ahí habitan venados, tepezcuintles y gatos de monte —incluso, ha habido señales de jaguares—, que hay una rica flora, o bien, hasta pueden narrar algunas leyendas. Además, se vive de mejor manera la naturaleza. Para ello hay que llevar suficiente agua, pues la humedad y el calor agotan las energías con rapidez —la temperatura media anual es de 25° centígrados—.
Una vez en las lagunas, que son cuatro, es posible efectuar varias actividades. Primero, contemplar aquella enorme belleza desde la orilla. Quizás en la sombra podría darse un descanso y comer un bocadillo. Claro, no está de más captar varias imágenes con una cámara.
Los pobladores indican que en la primera laguna es prohibido nadar, pues las comunidades cercanas la emplean como fuente de agua. Sin embargo, está autorizado dar un paseo en canoa. En el resto sí son permitidos los chapuzones, y hasta se puede alquilar un kayak, una excelente opción, ya que así se disfruta plenamente de las mansas aguas de color jade. Eso sí, para llegar a las últimas dos habrá que adentrarse en el bosque.
Uno de los grandes atractivos es que las cuatro lagunas se unen durante la época de lluvia, por lo que esa es la mejor época para visitarlas —sobre todo de octubre a diciembre—.
Los amantes de la adrenalina también tienen la posibilidad de lanzarse desde un canopy.
Acampar también es posible. La Adeis tiene un área específica para ello y se pueden alquilar carpas. Asimismo, se cuenta con sanitarios, duchas y servicio de alimentación.
Al siguiente día bien podría darse una vuelta por las cuevas de Bombin Pek y disfrutar del tubing en el río. A pocos minutos de ahí están las Cuevas de Candelaria.
En fin, esta hermosa área siempre tiene sorpresas agradables. Las Lagunas de Sepalau, en definitiva, merecen ser vistas alguna vez en la vida.
Este sitio es mejor visitarlo durante la época de lluvia, ya que el nivel del agua sube y, de esa forma, se aprecian las lagunas en su máximo esplendor.
Calzar tenis y vestir con ropa cómoda y fresca.
Llevar toalla, sandalias o zapatos de agua, así como gorra, traje de baño, protector solar, repelente contra insectos, lentes de sol y una mudada extra.
Las baterías de los equipos de fotografía y video deben ir bien cargadas.