Sergio Custodio, catedrático jubilado (2009) de Filosofía de la Universidad de San Carlos (Usac) y autor de varios libros, entre ellos Introducción a la Lógica (1986), La filosofía, una aventura de la humanidad (2010) e Historia de la Teoría del conocimiento filosófico (2014), ofrece su punto de vista acerca de la enseñanza de esta ciencia en el país.
Custodio es reconocido por sus colegas como un hombre sencillo, mesurado y con una cultura general amplia. Aunque es introvertido, no duda en exponer sus ideas de manera clara y sencilla.
¿Cuál es su relación con la Filosofía?
Es una compañera exigente y celosa. Si uno no se dedica a ella como debe ser, huye. Además, es acaparadora, no permite otra cosa. No es una carrera, es una vocación, una especie de llamado. No es una clase tecnológica, en Filosofía no se piensa en el futuro empleo, aunque el mercado laboral es bastante amplio.
¿Cómo se decidió a estudiarla?
Lo hice sin pensar. Al regresar de Estados Unidos, un primo que estudiaba en la Escuela de Periodismo me recomendó matricularme en la Facultad de Humanidades, que era como el canasto del sastre, porque allí se podía estudiar Bibliotecología, Periodismo o Idiomas. Fui y me inscribí en Filosofía.
Es algo fascinante ver cómo el ser humano se exprime el cerebro para obtener respuestas que no da la ciencia, ni la tecnología.
Empezó en la docencia muy pronto.
El diplomado de Filosofía para los que deseaban ser sacerdotes de la orden salesiana era impartido en la Universidad de San Carlos, pero en algún momento del proceso de enseñanza-aprendizaje se perdían las vocaciones, y los aspirantes decidían casarse. Esto provocó que fueran los profesores quienes llegaran al colegio salesiano, y como yo era el nuevo, me tocó ir. De hecho, aún imparto clases en ese lugar.
Su libro de Lógica es una herramienta útil y vigente.
En el país no hay profesores de Lógica. Yo ingresé a este mundo sin que me gustara realmente, pero escribí el libro pensando en las extensiones universitarias, porque en ese tiempo solo existía el de Copi (Irving M.), que es bastante caro. El ejemplar que trabajé ha tenido varias reediciones, pues cubre un curso completo de Introducción a la Lógica. Ahora tengo otro, el de Teoría del Conocimiento, que también es una herramienta para la enseñanza.
La Filosofía, sin embargo, parece estar en decadencia en las universidades del país. ¿Cuál es su estado real?
Agónico. Desde la comedia de Aristófanes llamada Las nubes se ataca a la Filosofía. Pero su estado no se debe a los embates, sino a que hay pocos graduados en esta materia. La Filosofía se siente incómoda acompañada por las Letras o la Teología, como se le ha colocado. Debe estar en un lugar exclusivo, pero las universidades no invierten en su enseñanza, porque no solo son academias, sino también empresas.
¿Qué sucede en universidades como la Autónoma de México, que cerró su facultad de Filosofía?
Es penoso. El grado de cultura que tiene un país y una institución se mide según el trato que se le da a las Humanidades, que fundamentalmente son Filosofía y Letras. De tal forma que esta institución deja de ser una universidad y se convierte en un instituto técnico.
La Filosofía está orientada hacia el descubrimiento de los fundamentos de la ciencia. Muchos científicos suponen los fundamentos, pero no saben exactamente de dónde vienen. El forcejeo de la mente humana por la búsqueda de fundamentos es difícil.
En la Usac se percibe un departamento de Filosofía debilitado. ¿Es así?
A la Usac le es propio estar en crisis, en su sentido estricto; es decir, una estabilidad que deja de ser lo que es, para ser algo nuevo. Esta es una de las instituciones que debe tener un cambio más constante que cualquier otra, porque es la avanzada del conocimiento. Así que la universidad que no se comporta de tal forma se convierte en la finca de alguien o un colegio conventual. Su línea de pensamiento nunca debe ser dogmática, pues estaría estancada en una sola dimensión. Uno de los fundamentos de su fundación fue “Que se lean doctrinas opuestas”, para evitar que se convierta en un centro de adoctrinamiento ideológico.
¿Qué puede hacerse para mejorar la enseñanza de la Filosofía?
Es necesaria cierta planificación. Por ejemplo, en Alemania se ofertan 25 plazas para estudiantes y permiten la entrada solo a los mejores, que si son malos estudiantes en un momento dado se retiran y se llama al que se quedó fuera. Todo de acuerdo a la necesidad del mercado laboral, para evitar la degradación de las profesiones.
La reforma universitaria debe considerarlo. Actualmente hay un desperdicio de recursos que se invierten en estudiantes que dejan la carrera. Por el beneficio del propio estudiante, no puede ser una universidad abierta siempre. El promedio de graduación en muchas facultades es de ocho a 10 años, lo cual es un desperdicio.
La Usac está en un proceso de certificación. ¿Cree que tiene lo necesario para lograrlo?
La lucha por la certificación tiene sus bemoles, entre ellos la falta de espacio físico. Los grupos no deberían estar peleando por espacios. La editorial, por ejemplo, está cerca de un barranco. Hay sobrepoblación en ciertas facultades, tal es el caso de Derecho y Ciencias Económicas. Los estudiantes llegan a los pies del maestro, pero no como los discípulos rabínicos, sino por falta de escritorios.
La sobrepoblación es un grave problema, pero no es nuevo.
Así es, pero es más evidente, por ejemplo, con los abogados: hay 20 mil inscritos en el colegio profesional. Que haya tantos degrada la profesión. Lo mismo sucedió con Medicina, en su momento. Económicas o Psicología son carreras que todas las universidades sirven y en donde tienen gran población.
Toda persona debe elegir su carrera con conciencia.
Muchos preguntan para qué sirve la Filosofía, pero yo pregunto para qué sirve la Administración de Empresas con tantos graduados.
Y, ¿cuál es el mercado laboral para los graduados de Filosofía?
El curso de Filosofía se imparte en todo el diversificado, por ello se necesitan muchos profesores. También en la educación superior.
¿Quién podría fiscalizar la educación universitaria?
Existe un Consejo, pero no tiene esa función. Además, no hay investigaciones serias sobre el estado de la educación superior. No existe un ente que fiscalice. Sin embargo, una investigación al respecto, por el periodismo, por ejemplo, podría sacar a la luz lo que en realidad sucede.
¿Qué sucede?
¿Quién imparte Derecho Romano?, ¿Quién da Filosofía en las distintas facultades? Hay requisitos académicos que se deben cumplir, y no solo repetir lo que se aprendió en un texto; así no hay criterio ni perspectiva. Las contrataciones por hora se prestan a la manipulación política, la corrupción y la poca calidad de la enseñanza; destruyen la figura del profesor.
La figura del rector ha perdido prestigio, ya no son grandes intelectuales y pensadores, como antes.
¿La Filosofía siempre ha estado en este estado en el marco de la educación en el país?
Es uno de los pilares en la fundación de la Universidad de San Carlos, claro, junto a la Teología y la Instituta, que comprende el estudio del Derecho, también el cakchiquel. Esas fueron las primeras cátedras. A la Filosofía se le denominaba Artes, así que eran Artes y Teología.
Es de resaltar que se creó con el formato de la universidad de Salamanca, que era, sobre todo, una tendencia humanista. Allí estaban los grandes pensadores que se oponían a la Conquista y cuestionaban el derecho de España a ese acto, basados en que los indígenas no habían dado ningún motivo para ser una amenaza y que representara la única causa de guerra.