Revista D

Celso Lara: “Necesitaba reencontrarme”

El historiador Celso Lara Figueroa habla de la nueva etapa por la que atraviesa, así como  de sus intereses.

En los estudiantes del nivel medio ha encontrado nuevos motivos para continuar trabajando en la divulgación de las tradiciones orales. (Foto Prensa Libre: José Luis Escobar).

En los estudiantes del nivel medio ha encontrado nuevos motivos para continuar trabajando en la divulgación de las tradiciones orales. (Foto Prensa Libre: José Luis Escobar).

En el 2013 el historiador Celso Lara Figueroa vio interrumpido su ritmo laboral y su vida de forma súbita. Ese año le notificaron que sería jubilado, debido a que alcanzó los 65 años, un límite establecido en la Ley de Clases Pasivas Civiles del Estado.
La notificación le afectó. Lo privó de la actividad académica e investigativa que desarrollaba en el Centro de Estudios Folklóricos de la Universidad de San Carlos, del cual fue director en dos ocasiones, de 1982 a 1985 y de 1999 al 2013.
“Eso me causó una gran conmoción, pero poco a poco la he ido superando. No dejaré que la vida se termine por esta cuestión. Finalmente lo veo todo como una nueva forma de empezar. Ya empecé a hacer nuevos contactos, a trabajar con amigos y personas que me animan, lo que me permite salir adelante”, indica Lara.
“Mire todo lo que tengo aquí”, agrega, y señala varios paquetes de documentos apilados en la sala de su hogar. “Voy a ordenar todos mis apuntes. Sé que es un gran relajo pero voy arreglar todo lo que he publicado y empezaré también con otros proyectos que quiero dar a conocer. Estuve un poco ausente porque necesitaba reencontrarme, y ahora estoy listo para continuar. Estoy reorganizando mi vida”, dice con determinación.
Con el anuncio de su retiro, Lara comenzó el trámite de jubilación junto con otros colegas.
“Es una gestión espantosa. Al final, tuve suerte y la completé en un tiempo prudencial. Pero fue indignante ver a varios de mis compañeros, investigadores de primer orden, que son pilares de la cultura, haciendo huelga de hambre para contar con su jubilación, cuando nosotros todo el tiempo pagamos para tener ese ingreso. No debería  haber pasado así. En el fondo, la universidad me causó mucha tristeza, porque a sus grandes maestros siempre los dejó de lado; pudimos continuar haciendo una evaluación y, si no se podía seguir trabajando de la misma manera, seguramente sí en otros niveles y con otras responsabilidades, como se hace en Venezuela, Argentina y varios países europeos”.

Nuevos planes

En febrero participó en un homenaje que el colegio San Sebastián organizó para la promoción de la cual Lara egresó, hace 50 años. “Fue muy gratificante ver a mis amigos”. Fue en ese centro donde el historiador recuerda haberse interesado por las tradiciones orales y el estudio de la música, sus dos pasiones principales.
En su trayectoria como docente ha estado muy ligado al ámbito universitario. Pero en los últimos años ha comenzado a acercarse a los estudiantes del nivel medio. En cuatro ocasiones, con establecimientos diferentes, ha tenido encuentros con los jóvenes, quienes han utilizado relatos de la tradición oral para hacer montajes escénicos.
“Había tenido muy poco contacto con este público estudiantil. Los patojos se emocionan profundamente cuando se les da la libertad de mostrar su creatividad. Es muy estimulante para mí ver su energía; voy a seguir escribiendo para enseñarles más”.
Lo que tiene en mente, cuenta el escritor, es “platicar con autoridades de más colegios y conocer qué oportunidades hay de seguir usando las artes escénicas para preservar las tradiciones orales. Es importante que las nuevas generaciones sepan de su pasado y de la riqueza que tiene el país. La música es otro elemento con el que podría aportar, con talleres o charlas, hablando de los creadores que son relevantes para la historia del país”.
A  Lara se le ve de nuevo animado, con más planes en mente y dispuesto a retomar, desde otra perspectiva, sus intereses profesionales.
Se despide con un mensaje a los jóvenes: “Retomen sus raíces, cual buzos, sondeen en las aguas de la tradición oral. En Guatemala hay poca consciencia de la riqueza que tenemos en ese campo y aún falta mucho por dar a conocer. Nuestro país fue nombrado junto con China, Rusia e India, la cuarta región más importante en el mundo debido a la riqueza de sus tradiciones”.

Historiador

  • Celso Lara Figueroa (Guatemala, 1948) es historiador, antropólogo, músico e investigador de la cultura popular.
  • Fundó la carrera de Antropología en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Tiene una licenciatura en Historia y un posgrado en Historia, Folclor y Antropología.
  • Ha publicado más de 400 trabajos, incluidos libros como Por los viejos barrios de la ciudad de Guatemala y Viejas leyendas de Guatemala vueltas a contar.

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