Conoció al Padre Ambrosio Rossi, provincial de los salesianos de Estados Unidos, quien después lo invitaría a Centroamérica. De 1938 a 1945 se trasladó al seminario
Recorrió muchos países y siempre tuvo el deseo de ser salesiano y de vivir el espíritu colaborador de esta obra. Se experiencia pedagógica y filosófica de ese pensamiento se vio afectada en dos ocasiones —en 1946 y 1962—, por razones de salud. “A pesar de ser un hombre muy noble, siempre padeció de fragilidad en su salud”, comenta su amigo, el padre Sergio Chechi. Lo intentó en esos años, pero no lo consiguió.
Finalmente, en 1990 —en El Salvador—, dijo: “Siempre estuvo en mi interior el deseo de ser salesiano. Después de un retiro tuve la idea de pedir volver a la Congregación. Y ahora, este 8 de septiembre de 1990, he tenido la dicha de poder emitir los votos religiosos, después de tantos años de destierro”.
Polifacético
Durante su vida demostró sus habilidades religiosas, académicas y humanas. Cumplió su servicio militar y en 1950 fue soldado paracaidista en el grado de teniente coronel, en Corea.
Al regresar a Estados Unidos terminó su educación superior y frecuentó la Graduate School of Business, de la Columbia University, en 1954; obtuvo el título de Master of Business Administration.
Trabajó como contador, auditor y programador en Humble Oil and Refinig Company, en Baltimore, (1955-1962).
Filosofía de la libertad
Como economista, estuvo íntimamente vinculado con la Escuela Austriaca. Sus enseñanzas reflejaban los principios y teorías que aprendió de sus propios maestros, como el famoso economista Ludwig von Mises o Israel Kirzner.
En 1973 —fecha desde la que residió en Guatemala— fue invitado a dar clases en la naciente Universidad Francisco Marroquín (UFM), y fue director del Departamento de Economía. “Lo hizo con amor y dedicación. Fue el gurú de la libertad y la economía del libre mercado”, dice el padre Chechi.
Impartió docencia universitaria por 40 años, tanto en la capital como en Quetzaltenango. Estaba convencido de que este país no debía estar condenado al subdesarrollo. La Universidad Marroquín, en 1989, le otorgó el doctorado honoris causa en Ciencias Sociales.
En 2010 sufrió un grave accidente cerebrovascular que le produjo derrames que terminaron con su vida religiosa y académica el 3 de abril, en Quetzaltenango. La Congregación Salesiana y la UFM le rindieron honor a un gran economista del país.
“¿Cómo logró combinar las facetas de su vida? Eso es un misterio para quienes lo conocimos y admiramos. Adiós, querido Joe, lo recordaremos siempre”, dice el catedrático Julio Cole.