CANTEL – Esta situación ha causado diversas reacciones de sectores que señalan que evidencia que el Sistema Penitenciario (SP) no es capaz de controlar ese centro carcelario.
El más reciente enfrentamiento ocurrió el domingo último, que dejó tres internos heridos de bala, varios resultaron con síntomas de intoxicación por las bombas lacrimógenas lanzadas por la Policía, y tres mujeres que estaban de visita fueron detenidas.
La riña ocurrió luego de que supuestamente una visitante le dio un arma a un pandillero, quien le disparó a otros reclusos.
Flor Gómez, auxiliar de la Procuraduría de los Derechos Humanos en Xela, dijo que el problema da la pauta de que el SP no tiene el control de los internos y de las visitas, ya que son ingresadas armas y celulares.
Añadió que esa entidad ha participado en las requisas en ese lugar, debido a rumores de que existen armas y explosivos, pero estas nunca son localizadas.
Exige investigación
La auxiliar argumentó que es complejo determinar cómo es ingresado el armamento, por lo que exhortó al Ministerio Público (MP) para que investigue. También hizo un llamado para que las requisas sean más eficientes.
Juvenal Fuentes, abogado litigante en temas penales, señaló que el mal más evidente es que los guardias no tienen sueldos dignos, y por lo que algunos se prestan a ilícitos.
“Algunos presidiarios usan a sus hijos para ingresar objetos ilícitos”, aseguró.
Fuentes resaltó que los pandilleros tienen más astucia que las autoridades.
Utilizan estrategias
“Mientras que las autoridades crean estudios para controlar, ellos ya han armado planes para ingresar armas”, señaló Fuentes.
Añadió que los reos peligrosos que están aislados deben tener mejor control a la hora de visita, porque tienen estrategias que burlan los controles.
Rolando Juárez, licenciado en Criminología, explicó que el problema evidencia desatención y aglomeración de pandilleros
rivales.
Manifestó que no es necesario construir más cárceles, sino crear planes que ayuden a los reos a aprender un oficio o a estudiar. Resaltó que en algunos casos, los aliados de los mareros son sus propias parejas.
Ulises Ordóñez, de 24 años y uno de los pandilleros que resultó herido en la riña del domingo último, comentó que las armas y drogas son ingresadas en el penal con el consentimiento de los directores, subdirectores y guardias.
“Hay una disputa entre las pandillas en la Granja Penal Cantel”, afirmó.
En ese centro carcelario hay recluidos mil 815 personas.
Al cierre de esta edición las autoridades efectuaban una requisa, pero no habían informado de resultados.