Hay guacamayas, monos, mapaches, zarigüeyas, venados, micoleones, ocelotes, tigrillos, jaguares, cocodrilos, tortugas pizotes, loros y cotorras.
Morales contó que Arcas fue fundado en 1989 por guatemaltecos preocupados por la depredación de la fauna silvestre en Petén y el tráfico ilegal de estos animales. En el refugio colaboran 16 voluntarios de diferentes países.
Los animales no son liberados inmediatamente, pues pasan por una fase de readaptación a su hábitat natural. De esa manera, un ave puede tardar de dos a tres años en el lugar y un mono hasta seis. En cuanto a los jaguares no los sueltan, debido a la depredación que existe y porque no hay área apropiada para ellos.
Fernando Martínez, veterinario de Arcas, informó que llevan control de salud de los animales y que los ubican en espacios para que no se lastimen.
Carlos Chatá, trabajador de Conap, señaló que verifican que los animales reciban alimentación adecuada y que puedan retornar a su hábitat.
Carlos Chajaj, trabajador de Arcas, explicó que mensualmente verifican la evolución sobre la recuperación de las especies.
Marvin Márquez, otro trabajador, comentó que los visitantes son bien recibidos.