CABLE A TIERRA
Un nuevo comienzo
Mientras escribo este texto, anuncian que la doctora Lucrecia Hernández Mack será la persona que sustituya al doctor Alfonso Cabrera como responsable de la cartera de Salud. Luego de intensos cabildeos y escaramuzas que se dan tras bambalinas siempre que hay un puesto de ese nivel en la mira, se han decantado finalmente por una persona cuya formación profesional proviene de la especialidad que trata precisamente de la política pública y del sistema de salud, y que representa además una nueva generación de profesionales que se arriesga a arremangarse y enlodarse los pies trabajando por su país; a favor de la población y no de intereses espurios.
Lamento mucho que el gobierno actual haya perdido siete valiosos meses de su gestión dando “palos de ciego”. Recuerdo que desde el mes de diciembre 2015, desde varias instancias de la sociedad civil se les trató de apoyar para que definieran una agenda básica y minimalista, pero táctica y centrada en los detonantes de la crisis, con la cual enfrentar la primera etapa de la gestión. Se sabía que entraban a gobernar en condiciones muy adversas y la intención era apoyar. Pero, como suele ser cuando la soberbia abunda y el poder intoxica, se despreció el consejo y se satanizó a los mensajeros. Los resultados son lamentables. Los sigue padeciendo esa gente humilde cuya única libertad real que tiene es asomarse a un puesto de salud desabastecido.
Quiero pensar que el nombramiento de la doctora Hernández Mack refleja una mejor comprensión de parte de los poderes que conducen el país —tanto los formales como los informales— de que este gobierno se eroda a sí mismo si no estabiliza de una vez por todas este frente. Lo que se necesita es una persona que saque la casta por el Ministerio; que tenga la pasión, la convicción y la voluntad de sacar adelante la institución y liderar a su equipo de trabajo con absoluta transparencia y claridad de dirección. Eso lo ha demostrado la doctora Hernández Mack a lo largo de todo su ejercicio profesional.
Los retos no son menores: las primeras dotes a desplegar son las de administración y gestión, porque los problemas coyunturales detrás del desabastecimiento constante están en ese ámbito. Pero a la par, su habilidad para constituir un circuito de alianza estratégica vital, que fue lo que no logró el ministro anterior: Minfin, IGSS y la vicepresidencia actuando al unísono. Quienes quieran recoger los réditos políticos de superar la crisis deben entender que no lo lograrán solos.
La tarea urgente no termina allí. Le toca a la doctora Hernández reestablecer la gobernabilidad interna de la institución a partir de criterios sanos, explícitos y de negociaciones que se llevan a plena luz, no bajo la mesa. La gobernabilidad interna es indispensable para hacer frente a la dura tarea que significará ordenar y volver a hacer funcionar ese Ministerio para que le preste servicios decentes a la población.
Finalmente, deberá elevarse por encima de las miserias institucionales y ver hacia el sector: los intentos de privatización del IGSS son el tercer campo de batalla por enfrentar. Poca gente entiende el delicado equilibrio disfuncional que existe entre MSPAS, IGSS y sector privado de salud. Los efectos de semejante desatino de la avaricia reverberarán en múltiples instancias, comenzando por el propio MSPAS y el fisco.
Quedan apenas unos cuatro meses efectivos para hacer algo todavía, antes de que inicie el cierre presupuestario 2016. El tiempo apremia. Doctora, la tarea es fuerte, pero no imposible. Sé que hará todo lo que esté a su alcance por la salud de la gente. No hay mejor punto de partida.
karin.slowing@gmail.com