UCHA´XIKTemplo a la impunidad

Los políticos corruptos y ex presidentes centroamericanos que se han enriquecido con dinero público han encontrado en el Parlacen un ente protector. El Parlamento Centroamericano, además de constituir una carga inútil para los países miembros, está siendo convertido en guarida de ex funcionarios delincuentes que tratan de evitar ser llevados a los tribunales de justicia.

Sin ir muy lejos, ahí estuvo quien antes de Alfonso Portillo y secuaces fuera sindicado como el ex presidente más corrupto de Guatemala y ahora anda muy contento devengando un salario como diputado satélite del FRG.

Seguramente y previendo un enjuiciamiento futuro, es que el homicida confeso de Chilpancingo ha declarado su adhesión irrestricta a ese ente que está convirtiéndose en un templo a la impunidad.

El caso actual más sonado es el del ex presidente nicaragüense Arnoldo Alemán, señalado de corrupción y de lavado de dinero por 100 millones de dólares norteamericanos; sin embargo, en lugar de tratar de limpiar su nombre y demostrar que las acusaciones en su contra carecen de fundamento, se aferra a un privilegio ilegal porque el Parlacen no tiene potestad para conocer de antejuicios en contra de sus diputados miembros y con menor razón el caso de los que nunca fueron electos para ese puesto.

El Parlacen es un ente de carácter político, no jurisdiccional de ahí que lo dictaminado por la Corte Centroamericana de Justicia para que el Parlacen declare si procede o no el juicio en contra de Alemán, carece de sustento jurídico. Los miembros del Parlacen deben ser tratados como cualquier otro diputado, en consecuencia Alemán no debe gozar de una doble inmunidad.

Si el Parlacen quiere limpiar un poco su nombre, debe declarar que los antejuicios en contra de sus miembros se tramitan conforme las leyes de cada país. En el caso de Guatemala, el antejuicio contra los diputados es conocido por la Corte Suprema de Justicia. De esa cuenta, el actual presidente del Parlacen ?tiene la oportunidad? de hacer algo positivo para cambiar el rumbo de esa entidad o continuar prostituyéndola como salvavidas de corruptos.

Arnoldo Alemán debe ser tratado como un delincuente más, simple y llanamente. La inmunidad corresponde, en todo caso, sólo a los que prestan un servicio honrado y digno, no a los corruptos.

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