Como consecuencia de mi artículo del miércoles pasado, recibí una carta suscrita por el señor Edward Wever, gerente general de Pollo Campero, en la que justifica la razón legal por la cual emiten las facturas de la manera engorrosa como lo hacen.

Hasta ahí el asunto está claro y le doy la razón, porque pareciera que es el mismo gobierno el más interesado en complicar la manera de recaudar impuestos; pero donde estoy en desacuerdo es en la parte en la que se me quiere endosar que hago eco de un conflicto familiar.

El problema entre tío y sobrinos de la familia Gutiérrez no es de mi incumbencia; pero sí creo que algo de verdad ha de haber entre lo que unos y otros se dicen en materia de negocios e impuestos.

Y es que a la supuesta evasión de impuestos que Portillo y compañía limitada no se animan a proceder legalmente, se suma otro antecedente de distinta naturaleza. Cuando todavía se cultivaba trigo en el país, en los molinos de esa familia casi siempre se quedaban con parte del producto. Bajo el pretexto de que el trigo estaba húmedo o verde descontaban de diez a quince libras por quintal.

Esto era anual y sucedía en Quetzaltenango. Recuerdo muy bien cómo algunos campesinos se mantenían asoleando trigo por días, en los alrededores de esos molinos. No sólo el cultivo no era rentable, sino que además había que vender la cosecha con descuento.

Otros pequeños productores, con la esperanza de no perder tanto, enviaban su cosecha a la capital a otro de los molinos que resultaba ser propiedad de los mismos dueños y también ahí hacían esos ?descuentos? por cada quintal vendido. Seguramente esta fue otra de las razones por la cual campesinos de Quetzaltenango, Totonicapán y Sololá abandonaron ese cultivo.

Si cuento lo anterior, es porque no creo que una de las partes en ese conflicto familiar tenga más o menos razón que la otra.

Por aparte, reitero que si el gobierno eferregista tiene pruebas de evasión de impuestos entre la iniciativa privada, que proceda legalmente. Sin embargo, empiezo a creer que la vociferación oficial de atacar la corrupción privada es sólo una cortina de humo con la que se pretende tapar la aberrante corrupción oficial.

KANATAJ BA CHWE aretaq ri qachalal kik?ayij ri kitriko pa Xelju?. Nimalaj k?ax wa? xkiriqo. Xa ne man nim taj le xtoj chi ke k?ate k?u ri xelesaj ralal che ri keyeqo?m. Rumal lo wa? ri qawinaq man kitik ta chik triko wakamik. Pa jun cholaj chi k?ut, kinchomaj ri konojel ri winaq tajin kech?ojin chi kixo?l, xaq e junam.