UCHA´XIKEl Pescado Ruiz

Para ser sinceros, a mí me aburre el fútbol local. Sólo me llama la atención cuando disputa el campeonato algún equipo departamental porque de ahí no se pasa de un resobado clásico.

El domingo pasado, sin embargo, me encontré con un canal norteamericano que transmitía en directo la final de la Liga Mayor de Futbol de ese país, y sabiendo que en uno de esos equipos juega el Pescado Ruiz, me quede viendo el partido.

Ahí estaba Carlos Ruiz a la par de jugadores de la talla de Cobi Jones, Alexis Lalas y otros nombres conocidos en el Galaxy de Los Angeles, haciéndole frente al Revolution de New England. Durante los 90 minutos reglamentarios, Ruiz tuvo alguna oportunidad de anotar, pero el portero siempre estuvo en el momento y lugar preciso.

A medida que avanzaban los minutos, la tensión crecía; el entrenador del Galaxy, sin embargo, parecía sereno y fue brevemente entrevistado mientras el partido se disputaba. Los locutores gringos, en alguna ocasión, comentaron con dificultad que a Ruiz le decían en Guatemala ?Pescadito?.

Después de los 90 minutos sin goles, el partido se fue a tiempos extras y con gol de oro. Los jugadores entraron cansados pero con más decisión. Por el Galaxy siempre estuvo en todos lados Cobi Jones. El primer tiempo complementario terminó sin anotación.

Vino la segunda parte, y cuando parecía que el Galaxy estaba por anotar, los del Revolution remontaban el ataque con contragolpes. En uno de esos momentos cruciales se descuelga por la punta derecha un delantero del Galaxy y avanza hacia la portería contraria, busca a Ruiz, quien magistralmente cruza el balón con el pie izquierdo entre los pies de un portero derrotado.

Carlos Ruiz voltea para cerciorarse que su tiro ha sido certero, y ni bien agradece a alguna divinidad por el gol anotado, cuando es ?enterrado? por una montaña humana de auxiliares y compañeros de equipo.

Del Revolution alguien llora desconsolado en la cancha.

El Pescadito se convierte en el héroe de la tarde. Una entrevistadora trata de obtener las primeras impresiones del Pescadito, y lo único que se ve es a Ruiz llorando de felicidad.

No puede hablar, está emocionado… Yo también lo estoy, y para mi infortunio la transmisión termina para dar paso al campeonato de golf. Salgo a caminar y lo primero que escucho en la calle es la ranchera que dice ?la vida no vale nada…?, que me trae de regreso a la desgracia nuestra.

Si no fuera por actos como los de Ruiz y el mérito de otras personas, Guatemala sólo sonaría en el extranjero como un narco Estado y donde la ?Virgen de los sicarios? parece haberse entronado.

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