UCHA´XIKA los que ya no están

Después de haber vencido a los de Xibalba, Junajpu e Xbalanke van y honran a sus padres muertos diciéndoles que sus nombres no se olvidarán y que ?serán recordados e invocados por las generaciones que nazcan a la luz del sol…?.

Recuérdese aquí que este es un mito que habla de un tiempo anterior al nacimiento del sol y que quien engendró a estos gemelos fue la cabeza de Jun Junajpu que estaba colgada entre las ramas del árbol de morro; pero al que encuentran y con quien hablan es con Wuqub Junajpu.

De aquí que se diga que la paternidad de los gemelos es de ambos, de Jun (1) Junajpu y de Wuqub (7) Junajpu porque 1 y 7 equivalen a la suma del principio y el fin. En términos matemáticos esto es simple, al combinar los 13 números con los veinte nombres del calendario maya, comenzando con el número 1 indefectiblemente se termina con el 7 para luego volver al primer nombre con el siguiente número que es 8.

Esta asociación numérica también se encuentra en los nombres de los señores de la muerte, Jun (1) Kame y Wukub (7) Kame. En el mito de creación del Winal en el Chilam Balam de Chumayel esto es todavía más ?misterioso? porque ahí se dice que 13 y 7 suman 1.

Pero volviendo al punto inicial, el hecho es que el nombre Junajpu o Ajpu es un día del calendario que recurre cada veinte días y en algunos municipios se dedica para visitar cementerios y honrar a los muertos.

Viene esto a la memoria porque en los próximos días estaremos recordando a quienes ya no están con nosotros y tal vez honremos a nuestros antepasados.

Limpiaremos sus tumbas, les llevaremos flores, veladoras y quién sabe si no incienso y hasta música para que ?escuchen? lo que les gustaba oír en vida. En el cementerio de mi pueblo; aunque debo decir, el más visitado porque ahora hay tres: el ?viejo? donde yacen los mártires de un gobierno estatal, uno ?nuevo? que se ubica en la ladera de un cerro y el que a la fecha se constituye en lugar de encuentro de casi todas las aldeas.

El pino, ramas de ciprés, las azucenas, los cartuchos, la hoja de pacaya y los corozos le dan un ambiente festivo al lugar. Durante todo el día suben y bajan las familias en una romería sinfín.

El olor y el humo del pom saturan algunos panteones y por la tarde una o dos bandas musicales ejecutan marchas fúnebres o sones a ritmo de vals e incluso, hasta la ?Feria de las flores? se puede escuchar con ese compás.

Muertos y vivos pasan un momento alegre; se comparte comida, historias y más de alguno se echa un trago con los difuntos. Estos son días que nos permiten aceptar que la muerte es parte de la vida. Kaqil ba kib pa Q?ante?l we maj qak?ulmam!.

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