CON OTRA MIRADA
Reacción presidencial
Algunos funcionarios ven como normal que el Ejecutivo, al final de su primer año de labor, no haya podido ejecutar el presupuesto heredado de Q71.2 millardos. En dos meses y medio tendrá que gastar, cuando no ejecutar, Q23.7 millardos, con la excusa de que otros gobiernos así lo hicieron.
Durante la última reunión de Gabinete de Ministros se puso en evidencia esa incapacidad, por lo que el presidente y sus ministros evalúan la remoción de algunos funcionarios. El peor caso es el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, pues de los más de Q4 millardos con que cuenta, apenas ha ejecutado el 25.95%, con los resultados conocidos: carreteras en total abandono y puentes arrastrados por la primera crecida de los ríos, producto de contratos lesivos a los intereses de la Nación. Vivienda popular inexistente y lo poco que se hizo, de pésima calidad e inconcluso.
El problema no son los ministros y funcionarios, entre quienes no dudo habrá personas capaces. Es la estructura del Estado la que está mal, pues ya otros gobernantes la volvieron ineficiente a fin de dejar que otras instancias se hicieran cargo, beneficiando a los amigos y permitiendo, so pretexto de la descentralización de la Administración Pública, la pérdida sistemática de los bienes del Estado y sus empresas. Algunos agentes y las alianzas público privadas la coparon en su beneficio, surgiendo engendros como Pronacom, Anadie y otras taras con extraordinarios salarios para sus funcionarios que no reflejan beneficio alguno para el país.
Entre las propuestas de Anadie está la malograda idea de concentrar a 12 mil empleados públicos en un solo lugar y otros desatinos para la Antigua Guatemala, producto de la ignorancia. Respecto del Centro Administrativo del Estado (CAE), primero intentó ubicarlo en donde estuvo el antiguo Hospital Militar, pero el Ejército, creyéndose propietario de la parcela, lo rechazó. La existencia de la antigua Estación Central del Ferrocarril, sus talleres, patios de maniobra, tornamesa y otras instalaciones, a cargo de Fegua, otra institución igualmente inútil, permitió al actual ministro de Finanzas, entonces director de Anadie, lucubrar sobre su posible uso, sin considerar impactos en la circulación vehicular, diseño urbano e importancia de la conservación de la arquitectura.
Anadie ve con desprecio aquellas instalaciones industriales, ignorando su valor y considerándolas simple chatarra, y como tal, sujeto de depredación, a fin de dejar el terreno baldío, libre de cualquier vestigio histórico-cultural digno de proteger.
En otras palabras, el presidente Morales, ante su loable postulado “Ni corrupto ni ladrón”, bien hará en dedicar los siguientes tres años y tres meses de gobierno a reestructurar el Estado, eliminado entidades públicas inútiles; hacer que los ministerios cumplan sus funciones y que las entidades de planificación hagan lo propio. Las alianzas público privadas podrán cumplir su cometido, resolviendo los problemas que el Estado plantee y ganando lo que deben ganar; acción que todos aplaudiremos.
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