Opinión: Las 4 causas que frenan el desarrollo de la cobertura eléctrica en Guatemala
La energía eléctrica es uno de los servicios que, en todo el mundo, se reconoce fundamental para el desarrollo económico y social de los países. La vida moderna es casi imposible imaginarla sin energía eléctrica, ya que de ello depende el desarrollo de todas las esferas de la actividad humana: la industria y la agricultura, el comercio y los servicios, la ciencia y el espacio, en fin, toda nuestra vida cotidiana se realiza gracias a la existencia de la electricidad. Esta realidad es la que ha llevado a que, en la actualidad, todos los países busquen formas para lograr que la cobertura de este servicio tan esencial sea la más alta. Lo que esto significa es que existe una gran interrelación entre la energía eléctrica y el crecimiento y desarrollo económico y social.
Sin embargo, y pese a la importancia que reviste contar con este vital servicio y a su relación con el desarrollo de una nación, en la actualidad encontramos que, en muchos países de Latinoamérica —y Guatemala no es la excepción—, el desempeño de los sectores eléctricos a través del desarrollo y construcción de muchos proyectos de generación, transmisión y distribución que son necesarios en la cadena de suministro de la energía eléctrica están siendo fuente de una problemática económica y social que está impidiendo o retrasando la realización de estos proyectos y, por ende, que la electricidad llegue a más población.
Las preguntas que se hacen los tomadores de decisión como los inversionistas y desarrolladores de proyectos, así como la población en general es qué está produciendo dicha problemática económica y social si la energía eléctrica es algo tan necesario para nuestro desarrollo, o por qué algunos pobladores se oponen al desarrollo de los proyectos de generación, transmisión y/o distribución que se construyen en el país.
Este artículo explora cuál es la interrelación de la energía eléctrica con la problemática económica y social, y con ello identificar cuáles han sido las causas de la misma, dónde se localiza esta problemática y los desafíos que el país tiene que enfrentar en esta materia para que la misma pueda desaparecer.
Causa 1: Correlación negativa entre niveles de cobertura y potencial hidroeléctrico
Guatemala ha avanzado en elevar la cobertura eléctrica a lo largo de los años y, aunque el país hoy cuenta con una cobertura cercana al 89 por ciento —según datos del Ministerio de Energía y Minas (MEM)—, todavía existe un 11 por ciento de la población que no cuenta con este vital servicio. Esta parte de la población está situada en varios municipios del noroccidente del país —en Huehuetenango, San Marcos, Quiché, las Verapaces, Petén, entre otros—, donde los índices de desarrollo económico y social no solo son bajos, sino que también son los departamentos donde el país tiene el principal potencial hidrológico.
Esta situación es la que ha producido el reclamo de los pobladores en estos municipios, que ven contradictorio el hecho de contar con los ríos que se están utilizando en la construcción de varias hidroeléctricas nuevas, pero a ellos nunca les llega la electricidad. Es por ello que en estos lugares es donde se encuentra la problemática económica y social asociada al tema de la energía eléctrica.
Causa 2: Desconocimiento del funcionamiento del sector
Esa problemática social a la que me he referido en la causa anterior está a su vez vinculada al desconocimiento generalizado que la población tiene sobre el funcionamiento del sector eléctrico, pues esas poblaciones de los departamentos del país que hoy no cuentan con electricidad desconocen que para que este fluido les llegue no es suficiente contar con una fuente de generación como pueden ser los ríos existentes en sus localidades. Se necesita de líneas de transmisión y distribución, las cuales requieren inversiones millonarias para que la electricidad que va a producirse en las plantas de generación pueda llegar a la población.
Causa 3: Ideológica
Otra causa que ha contribuido a la problemática económica y social en el tema vinculado a la energía eléctrica es el ideológico, presente en la discusión sobre el modelo de prestación del servicio eléctrico en los países. Aún existen grupos de la población que quisieran que la prestación del sector eléctrico regresara al modelo estatal que muchos países tuvimos antes de los noventa, y que fue cambiado con las reformas del sector que se dieron. Esto es lo que de manera recurrente, y a veces con motivaciones políticas, ha resultado en exigencias por grupos organizados para que nuevamente se nacionalice el mismo. Esto, sin embargo, y a diferencia de otros países —como por ejemplo Honduras, de manera reciente— donde estos reclamos han prosperado, en Guatemala existe una convicción bastante afianzada de lo positivo que fue para el país adoptar un modelo que descansa sobre la participación no solo pública, sino privada, que atraiga inversiones, y que las decisiones se tomen con base en un modelo regulatorio objetivo y técnico.
Causa 4: Niveles de calidad y precios de la energía
Hay otras causas que están relacionadas con la calidad y el nivel de precios de la energía eléctrica, como los cortes de electricidad que se dan en ciertas partes del país, la mala calidad que sufren algunos usuarios cuando tienen interrupciones frecuentes en el servicio, bajas de voltaje u otros que ponen en peligro sus equipos y dañan la productividad de sus actividades, así como cobros altos, resultado en muchos casos de cobros por alumbrado público que no corresponden a elementos técnicos, pero que el usuario desconoce. Todas estas situaciones han provocado el surgimiento de grupos de interés que ofrecen a los usuarios solucionar estas situaciones mediante conexiones que resultan ser ilegales y que ponen en peligro la actividad legítima de la distribución del país.
Estas son algunas causas que han generado una interrelación entre la energía eléctrica y varias de las problemáticas económicas y sociales que en el país vemos, y que se han convertido en uno de los mayores riesgos para que el desarrollo de proyectos de generación, transmisión o distribución puedan realizarse.
A futuro, esto debe cambiar. De hecho, ya se realizan varias acciones tanto del sector público como de actores privados para lograr que esa problemática que se ha descrito cambie, y que la buena aceptación y apoyo de la población logre detonar un círculo virtuoso para lograr más inversiones, facilitar los proyectos, y que más personas tengan acceso a la electricidad, pues solo de esa manera se elevarán las posibilidades de obtener un mayor crecimiento económico y social y una mejor calidad de vida.
la autora es exministra de Energía y Minas, expresidente de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica y especialista en el sector energético