Recientemente, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres) presentaron los Índices Gemelos sobre el Empoderamiento de las Mujeres (IEM) y el Índice Global de Paridad de Género (IGPG) para medir la paridad de género y el empoderamiento de las mujeres en 114 países, ofreciendo, por primera vez, un panorama del progreso en el desarrollo humano, el poder y las libertades de las mujeres y las niñas.

El IEM mide el poder y la libertad de las mujeres para tomar decisiones y aprovechar las oportunidades de la vida en cinco dimensiones: salud, educación, inclusión, toma de decisiones y violencia contra las mujeres, mientras que el IGPG evalúa la situación de las mujeres en relación con los hombres en dimensiones básicas del desarrollo humano, como la salud, la educación, la inclusión y la toma de decisiones. Las fuentes consultadas para estos índices provienen de mediciones internacionales del Banco Mundial, OIT, UNDESA, etc.

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora cada 25 de noviembre, el informe global destaca la importancia en la prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas, asignándole una dimensión independiente en la que se mide la prevalencia de violencia en la pareja, dado que es una de las formas más graves de privación de capacidades y afecta y restringe otras áreas de la vida de las mujeres.

Algunas de las principales conclusiones de este informe global son aleccionadoras: por ejemplo, ningún país ha ha logrado el pleno empoderamiento de las mujeres ni ha alcanzado la paridad de género. A nivel mundial, las mujeres están empoderadas para alcanzar, en promedio, sólo el 60 por ciento de su máximo potencial, lo que demuestra que se está perdiendo el enorme potencial de las mujeres para construir sociedades más justas y prósperas. Además, menos del 1 % de las mujeres y niñas viven en un país con un alto empoderamiento de las mujeres y una pequeña brecha de género. Otro dato revelador es que un mayor desarrollo humano por sí solo no es suficiente para empoderar a las mujeres y las niñas y lograr la igualdad de género. Asimismo, la última estimación mundial sitúa la cifra en 245 millones de mujeres que informaron haber sufrido violencia física y/o sexual en los últimos 12 meses. El informe recomienda la implementación de medidas integrales centradas en la prevención, el cambio de las normas sociales y la eliminación de leyes y políticas discriminatorias. También hace un llamado al fortalecimiento de servicios, como el acceso a refugios, la atención sanitaria y el apoyo psicosocial a las supervivientes.

Evidentemente, alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres es un enorme desafío global y estructural al que se enfrentan los países.  Contar con evidencia y datos desagregados nos permiten trazar un horizonte, medir, cerrar brechas y acompañar a los países en su toma de decisiones de política pública informada e inclusivas.

Estos índices aportan la evidencia necesaria para acelerar la acción colectiva e impulsar cambios de políticas en áreas clave como la salud, la educación, el equilibrio entre la vida laboral y personal, la lucha contra las normas sociales de género y la violencia contra las mujeres y las niñas. Como agencias del Sistema de las Naciones Unidas en Guatemala, nos sumamos al llamado del Secretario General para recordar que la violencia contra las mujeres y las niñas es la violación de los derechos humanos más frecuente en todo el mundo. No hay excusas para la violencia contra las mujeres.

*Ana María Díaz, PNUD, y Moni Pizani, ONU Mujeres