PLUMA INVITADA
La educación del siglo XXI requiere reformas
Los desafíos que enfrenta el sistema educativo en Guatemala siguen siendo considerables. Como sistema aún no se ha encontrado la ruta que lleve a la mejora de los aprendizajes; un camino que va más allá de solucionar lo urgente generado por la pandemia del covid-19 y un escenario que viene de mucho tiempo atrás. En este artículo se aborda la situación actual del sistema educativo de una manera breve y se proponen mejoras a corto, mediano y largo plazo, con base en un estudio presentado recientemente por el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien) en el que tuve la oportunidad de participar.
Cobertura, calidad y presupuesto son tres grandes temas clave para vislumbrar cómo estamos en educación. La cobertura en educación primaria ha alcanzado niveles significativos, muy cerca de la anhelada universalización, sin embargo, en preprimaria y nivel medio -ciclos básico y diversificado- persisten los retos. En diversificado, por ejemplo, únicamente se alcanza a dos de cada 10 jóvenes. En calidad, las pruebas académicas a nivel nacional e internacional en dos de las áreas más importantes como lo son matemáticas y lectura muestran deficiencias aún por subsanar, tanto en estudiantes de primaria y nivel medio, como en docentes que optan a plazas en el sector oficial. Por otra parte, el presupuesto en educación casi se duplicó en los últimos 10 años, sin que ese incremento se traduzca necesariamente en mejoras en los aprendizajes, aunque es claro que existen necesidades presupuestarias por atender.
' Cobertura, calidad y presupuesto son tres grandes temas para vislumbrar cómo estamos en educación.
Luis Adolfo García Córdova
El docente es el principal factor para afrontar muchos de los desafíos mencionados, no obstante, en el país no se cuenta con una carrera docente, carrera de director escolar, ni carrera técnico-administrativa. Contar con ello permitiría un recurso humano con más herramientas para incidir de manera sistemática, continua y permanente en la preparación de los estudiantes para la vida, el trabajo y un mundo cambiante en el siglo XXI haciendo uso de metodologías innovadoras como STEAM (en español, Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas), aprendizaje invertido o aprendizaje basado en proyectos, entre otros. Esto no significa que no haya docentes y directores que realizan una buena labor en los centros educativos, indudablemente los hay, algunos evidenciados en reconocimientos nacionales como el Premio Maestro 100 Puntos, otros realizando una loable labor desde la invisibilidad y el anonimato, pero, se necesita que existan este tipo de reformas que impacten la calidad como un sistema.
En el corto plazo, se requieren metodologías innovadoras de enseñanza-aprendizaje y de gestión administrativa y pedagógica; se debe mejorar e institucionalizar la formación inicial y continua de los docentes, el reclutamiento, la selección y la remuneración docente; implementar la carrera del director escolar y fortalecer las organizaciones de padres de familia. A mediano plazo, la evaluación debe fortalecerse, así como el acompañamiento pedagógico e implementar una estrategia de tecnología en el aula. A largo plazo, es importante contar con metas de mejora de los aprendizajes; establecer alianzas estratégicas sobre todo para el aumento de la cobertura en el nivel medio y educación técnica; lograr que el presupuesto tenga alineación con los resultados y que todo esto permita que nuestro sistema educativo responda a los retos de este siglo.
Los aprendizajes fueron afectados por la pandemia del covid-19 desde el año 2020 hasta la fecha, pero, además de buscar recuperar lo perdido, es impostergable impulsar reformas que transformen la educación, tener una nueva visión de corto, mediano y largo plazo en donde los docentes y directores estén preparados para acercar el aprendizaje a todos los estudiantes de todos los niveles impulsando las competencias del Siglo XXI con nuevas metodologías y con la tecnología como aliada en donde nadie se quede atrás. No hay que perder más tiempo para construir el sistema educativo que queremos.