PLUMA INVITADA
Hacer negocios responsablemente: un compromiso palpable
El inicio de un año nos lleva a analizar en retrospectiva qué avances se han tenido a nivel global, en la región y en el país. Los resultados de importantes índices e informes internacionales han sido publicados y nos permiten cuestionarnos qué se debe hacer para resolver las problemáticas que persisten.
Los resultados del Edelman Trust Barometer 2022 reflejan una sociedad desconcertada por la incertidumbre que nos afecta desde 2020. Mientras continúa disminuyendo la confianza en varios actores e instituciones relevantes, continúan creciendo las expectativas de liderazgo que recaen sobre las empresas. Acorde al informe, es indispensable que las empresas asuman su responsabilidad en la sociedad, cumpliendo con sus compromisos y siendo fieles a principios de ética y sostenibilidad, ya que son percibidas como importantes propulsores del cambio y como actores necesarios para hacer frente a los desafíos globales.
Paralela y complementariamente, el Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial evidencia los 10 principales riesgos que enfrentaremos a nivel mundial en los próximos 10 años. No pasa desapercibido el hecho de que 5 de dichos riesgos están relacionados con el ambiente; se perciben los problemas ambientales como la amenaza más crítica para el mundo en un mediano y largo plazo con grandes afectaciones a las sociedades, las economías y el planeta.
' La empresa es un actor clave para contrarrestar y cambiar los escenarios que se proyectan.
Karen Chinchilla
Sin duda la empresa es un actor clave para contrarrestar y cambiar los escenarios que se proyectan. Si bien el trayecto por recorrer es extenso, es importante reconocer el involucramiento que ya existe por parte de varias empresas en Guatemala. Tal es el caso de las organizaciones que pertenecen al Pacto Global de Naciones Unidas, cuyo compromiso se alinea a principios universalmente reconocidos bajo el umbral de Convenciones y Declaraciones. Todas y cada una de ellas han trabajado en replantear y rediseñar sus estrategias para mitigar el impacto negativo de sus operaciones y ampliar el impacto positivo acorde a los pilares ambientales, sociales y de gobernanza.
Estas organizaciones han definido planes para contribuir con las personas y operar de una manera amigable con el ambiente. Para este segundo aspecto han destinado una gran inversión en investigación y en la adquisición de tecnologías que contribuyan con el objetivo de reducir su huella. En términos generales han adoptado prácticas para una mejora en la gestión de la energía, recurso hídrico y residuos; como la reducción de uso de combustibles fósiles, la búsqueda de fuentes de energía renovable para la reducción de GEI, buscar el aprovechamiento responsable, eficiente y sostenible de cada recurso; lograr que los residuos que se generen, sean reciclados, reutilizados o coprocesados para generar energía, impulsar la movilidad eléctrica, aumentar la eficiencia energética, lograr una gestión integral del agua, adoptar medidas que aporten a la reducción del estrés hídrico en las áreas de influencia, implementación de infraestructura para el manejo del agua de proceso en circuitos cerrados para la eliminación de vertidos de aguas residuales, la reducción del consumo de agua limpia y la incorporación de agua de lluvia como sustituto del agua limpia en la producción; adoptar compromisos de cero deforestación y velar por su cumplimiento, programas para el manejo de residuos y salvaguardar los refugios de vida silvestre.
¿Por qué mencionar estas acciones? Porque para lograr un impacto sustancial se necesita no de algunos, sino de una gran masa empresarial que haga negocios de manera responsable para generar un efecto multiplicador.