Gasto social se triplicó en 2021

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Recuperación de EE. UU. contribuyó al crecimiento de envíos de dinero al país.

Las remesas se asocian, principalmente, a transferencias monetarias enviadas periódicamente por inmigrantes a sus familiares en su país de origen. En ese sentido, los flujos de dinero recaudados por concepto de remesas familiares están influidos por los patrones migratorios que, a su vez, dependen del marco económico, social y político en cada país. De esa manera, una sociedad con altos niveles de desempleo o empleos en condiciones precarias con falta de seguridad social, elevados niveles de pobreza, inestabilidad política, falta de seguridad pública, entre otros fenómenos, incide en la decisión de las personas que forman parte de ella para trasladarse regular e irregularmente —ilegalmente— a otro país.

Los flujos que ha recibido Guatemala por concepto de remesas familiares han sido crecientes. La información que publica el Banco de Guatemala da cuenta de que el 2021 cerró con un ingreso de US$15,295.7 millones, cifra que corresponde a un crecimiento de 34.8% con respecto al año anterior, cuando se registró un ingreso de divisas por este concepto de US$11,340.4 millones; cifras que representan 17.8% y  14.6% del PIB, respectivamente.

Las caravanas de migrantes hacia Estados Unidos aparecieron en los últimos años. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

El significativo aumento de las remesas familiares durante 2020–2021 en medio de la pandemia ha suscitado bastante discusión, pues ante la crisis sanitaria global se esperaba que disminuyeran en torno al 20.0%. Sin embargo, a pesar del efecto negativo generado por el covid-19 en términos de crecimiento económico en el 2020 —Guatemala registró una tasa de crecimiento de -1.5%—, las remesas registraron una tendencia creciente.

En el 2021, las actividades económicas empezaron su proceso de recuperación, lo cual incidió en que se registrara un crecimiento récord de 7.5% con respecto al 2020. Si bien el Gobierno de Guatemala ha celebrado con auge el alto crecimiento reportado, cabe destacar que una parte del mismo se debe al bajo nivel de comparación que se registró en el 2020 —efecto aritmético—, además de que las medidas de estímulo fiscal que fueron implementadas por la administración Biden en Estados Unidos impulsaron el crecimiento de las exportaciones y de las remesas familiares.

En ese sentido, el auge de las remesas familiares no es atribuible a ninguna política de la administración Giammattei, sino todo lo contrario. A pesar de la contracción económica mundial registrada en el 2020, las remesas en Guatemala crecieron 7.5%, reflejando la solidaridad de los trabajadores migrantes guatemaltecos con sus familias para atenuar los efectos de la crisis sanitaria global.

En el 2021, la recuperación económica mundial, fuertemente influenciada por el surgimiento de nuevas cepas de coronavirus, así como por el avance en el ritmo de vacunación, tampoco impidió el crecimiento de las remesas. Como se indicó, el ingreso de divisas por ese concepto registró un crecimiento récord de 34.8%, explicado, principalmente, por la recuperación de la economía de EE. UU., lo que conllevó la recuperación del empleo y por las medidas de estímulo fiscal implementadas por la administración Biden —orientadas a apoyar a los hogares y atenuar el cierre de empresas y la disminución del empleo—. Así, las transferencias gubernamentales que reciben los migrantes podrían también explicar el crecimiento de las remesas.

De esa manera, el incremento en el envío de dinero ha permitido que éstas se convirtieran en un motor para la economía guatemalteca. Sin duda, las remesas son un apoyo importante para las familias de los migrantes, las cuales enfrentan limitaciones económicas y sociales que no han podido ser resueltas por el Estado de Guatemala. La recepción de estos fondos ha mantenido el consumo de los hogares receptores de remesas, no solo en términos de alimentación sino en el apoyo a servicios de salud, además de que las remesas contribuyen a las actividades de ciertas comunidades a través de trabajo cooperativo.

La creciente importancia de los flujos de remesas de EE. UU. a Guatemala ha tenido implicancias a nivel macroeconómico que han sido importantes pero que han sido olvidadas en la implementación de políticas públicas nacionales. Además, las implicancias del crecimiento en el flujo de remesas familiares también se observan a nivel microeconómico, pues estas han generado una oportunidad a los receptores de las mismas para tener un mayor bienestar. Por ello, la ausencia de la comunidad migrante en las políticas públicas debe corregirse, pues atender las necesidades de los ciudadanos que deciden migrar, así como de sus familias que se convierten en receptoras de las remesas es una tarea colectiva pero también una obligación que el Estado de Guatemala debe atender a través de acciones concretas que atiendan las principales necesidades de ese grupo de población.

El discurso presentado por el presidente Alejandro Giammattei el 14 de enero ante el Congreso de la República visibiliza la ausencia del Estado para apoyar a la comunidad migrante en  EE. UU. En efecto, el presidente resaltó como un logro de su gestión el crecimiento económico producto de la mejora en las exportaciones, las cuales se incrementaron 22% influidas por el ritmo de recuperación económica mundial. No obstante, el principal destino de los bienes y servicios que se exportan es a  EE. UU. y es la recuperación de ese país lo que explica el crecimiento de las exportaciones. Por otro lado, indicó que la inversión extranjera directa (IED) alcanzaría triplicar la meta de US$1,200 millones; sin embargo, a septiembre del 2021, la IED se ubicó en US$821 millones, según cifras oficiales del Banco de Guatemala.

 

Cálculos de Icefi

 

En materia de migración, resaltó la propuesta de ley que se enviaría al Congreso, la cual permitirá endurecer las penas relacionadas al tráfico ilícito de migrantes. Si bien este constituye un esfuerzo positivo por parte del Gobierno, es insuficiente si no se atienden las necesidades que enfrenta la población y que la obliga a migrar: carencia de empleos formales, falta de protección social, inseguridad, bajos niveles de educación y ausencia de servicios de salud.

Dentro de la economía nacional, las remesas representan un monto importante al compararse con las actividades que conforman el PIB. En el 2021, el monto de divisas por ese concepto ascendió a unos Q118 mil 323 millones, que superó al monto registrado por 16 de las 17 actividades que constituyen el producto interno bruto.

En comparación con variables de finanzas públicas, el monto de remesas familiares superó el valor registrado por el gasto público total y de los ingresos totales y, por lo tanto, del gasto social y de los ingresos tributarios. En efecto, el gasto total representa poco más de tres cuartas partes de las remesas familiares, mientras que representa más de tres veces el monto correspondiente al gasto social del 2021; similarmente, las remesas constituyen 1.5 veces los ingresos tributarios de 2021 —la carga tributaria se ubicó en torno a 11.7% del PIB—, de acuerdo con la información publicada por el Ministerio de Finanzas Públicas al 21 de enero pasado. Cabe destacar que el monto de remesas familiares es ligeramente inferior a 32 veces el monto destinado en el 2021 a la inversión pública.

 

Cálculos de Icefi

 

Derivado de lo anterior, las remesas han constituido una importante fuente de ingresos para nuestro país, lo cual contrasta con la ausencia del Estado para asegurar que los recursos provenientes del exterior puedan ser utilizados por las familias receptoras de remesas para actividades productivas. De hecho, la falta de políticas que permitan disminuir la migración forzada en Guatemala pareciera ser una política rentable para el Estado y sus élites, pues la migración de guatemaltecos asegura el envío de remesas —lo cual se traduce en mayor beneficio macroeconómico del país y en un espacio para extraer rentas por parte de las entidades financieras que reciben las remesas y las entregan a los destinatarios—, de modo que mantener este modelo limita la inversión para disminuir las condiciones de vulnerabilidad que obligan a las familias guatemaltecas a migrar.

Sin embargo, las remesas por si solas difícilmente pueden resolver los problemas estructurales de falta de acceso a educación, salud, seguridad que enfrenta la población, sino que requiere una presencia más fuerte del Estado para asegurar el bienestar de la población guatemalteca. Como sociedad, debemos tener un sentido de urgencia que nos permita actuar pronto para resolver los problemas que estructuralmente nos afectan. Para ello, son necesarios recursos y voluntad política y empresarial que permitan ofrecer un piso de protección social a las y los guatemaltecos, de manera que todas y todos contemos con un sistema de educación de calidad, un sistema de salud eficiente y eficaz, empleos suficientes y de calidad y un nivel de seguridad que nos permita desarrollarnos en conjunto y reconstruir nuestro tejido social.