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¿Dónde aprender a soñar en grande?

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Un gran sueño principia como una meta que queremos lograr a largo plazo. Lo increíble es que un gran sueño nos permite vivir en dos realidades, la del día a día y la de un futuro escondido que cargamos en el corazón y nos infunde un propósito para luchar de manera inclaudicable. Dedico esta columna a dos queridos amigos, a los arqueólogos Christa Schieber de Lavarreda y Miguel Orrego Corzo, quienes han investigado, protegido y promovido la milenaria ciudad de Tak’Alik Aba’j desde hace más de tres décadas. Christa y Miguel soñaron que el Parque Arqueológico Nacional Tak’Alik Aba’j fuera declarado por la Unesco Patrimonio Mundial de la Humanidad y ese gran sueño hoy es realidad. Ese reconocimiento ¡le fue otorgado recientemente! En nombre de los chapines: ¡muchas gracias, Christa y Miguel!

El objetivo del programa de Unesco es que la ciudad de Tak’Alik Aba’j sea preservada y dada a conocer porque es un sitio excepcional en el mundo. Porque Tak’Alik Ab’aj tiene la capacidad de hacernos soñar. Vale la pena visitarlo. Su espíritu creador le exigió romper esquemas. Tak’Alik Aba’j no muestra estructuras monumentales como El Mirador o Tikal, pero guarda sueños gestados a lo largo de 1,700 años de historia ininterrumpida. A continuación presento cuatro grandes sueños que les exigieron innovar para realizarlos.

' Un gran sueño infunde un propósito de lucha inclaudicable.

Rita María Roesch

Uno: soñaron aprovechar al máximo su posición geográfica. Tak’alik Ab’aj está ubicada al pie de la cadena volcánica en el suroccidente de Guatemala. Llegó a ser una metrópoli y un eje de desarrollo intelectual, artístico y comercial. Fungió como centro de intercambio de rutas comerciales situadas a larga distancia, desde el Istmo de Tehuantepec hasta El Salvador, entre los siglos 800 a. C. hasta 900 d. C. “Y… junto con las mercancías viajaban las ideas”, susurró el Clarinero. Dos: se le considera una “ciudad puente”. Esto significa que fue el escenario donde se desarrolló el paso de la cultura olmeca a la maya. El entierro real, el más antiguo de Mesoamérica del gobernante K’utz Chman (Abuelo Buitre), lo constata. Este gobernante vivió entre los 700 a 400 a. C. Durante este tiempo tuvieron la capacidad de evolucionar de un sistema cultural a otro, de buscar soluciones inéditas.

Tres: La vocación astronómica de sus habitantes se debió a la intención de unirse al universo con el propósito de sistematizar el camino del tiempo. Esculpieron un altar inédito que se encuentra en la Estructura 7, donde está el observatorio astronómico del sitio. Este altar es una roca simple con la superficie alisada, pero con un grabado particular, único en Mesoamérica: tiene un par de huellas de pies genialmente esculpidas. Cuando una persona acomoda sus pies sobre estas huellas (talla 38). la obliga a pararse erguida, a mirar hacia delante en una dirección 115 grados noreste, que corresponde a la orientación donde aparece el sol sobre la cadena volcánica en el solsticio de invierno, cada 21 de diciembre. Desde este altar se observan las constelaciones en la noche y se puede registrar la trayectoria del sol con exacta precisión. Cuatro: el descubrimiento de un punto sagrado, “el mux”, que significa ombligo, fijado por los antiguos arquitectos para asentar la ciudad ¡y diseñarla desde allí! El mux es un eje astronómico que marca los cuatro puntos cardinales y uno al centro que representa al quinto punto: la unión del Cielo con la Tierra. Tak’Alik Aba’j fue una ciudad innovadora. Sus logros son un reto, en pleno siglo XXI, para los chapines y para el mundo. Fue una comunidad que se conectó con las fuerzas de la naturaleza y del universo, y ¡2,500 años después nos invita a conocerlas, porque en Tak’Alik Aba’j ¡se soñó en grande!

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