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¿Crisis vial o renacimiento urbano? El peatón en Antigua Guatemala
Darle al peatón el protagonismo en las calles de la ciudad es abrir una puerta para comenzar la transición.
La Antigua Guatemala es un lugar donde las calles hablan; llenas de tradiciones, historia, cultura y riqueza arquitectónica. Su categorización como patrimonio de la humanidad ha estado desde hace algunos años en riesgo por las malas decisiones de varias administraciones municipales previas, con políticas que vulneran la infraestructura y otras malas prácticas que dañan el conjunto patrimonial.
Deseo que cada paso peatonal se convierta en un tributo a nuestra historia.
Los días previos a Semana Santa de este año han sido mucho más polémicos que en otras ocasiones, pues la decisión de peatonalizar con la intención de que se viva en plenitud Semana Santa, ha sido causa de opiniones variadas. Desde críticas y molestias, hasta felicitaciones y exigencias para que ciertas zonas se queden peatonales.
Sin embargo, hay que resaltar algunos datos acerca de lo que implica la Semana Santa en la Antigua Guatemala, pues además de ser un evento que representa la devoción y el fervor del catolicismo, influye de manera significativa en cómo se ha modelado nuestra sociedad, a nivel cultural, social y claramente económico.
Un claro ejemplo de ello es la cantidad de flujo económico que se produce en Semana Santa, lo que equivale Q670 millones, según el libro El valor económico de la Semana Santa en Antigua Guatemala. Es importante tomar en cuenta que para la economía informal esto representa ganar en una semana el sustento de dos a tres meses de alimentación. Esta es una economía que solo es posible gracias a los miles de devotos, turistas y extranjeros que consumen.
Es importante considerar que estos altos niveles de economía producidos por los efectos culturales también han desbordado la ciudad colonial. Más allá de Semana Santa, la cantidad de personas que disfrutan de las calles para recrearse es demasiada, y por ello la peatonalización emerge como una solución innovadora y necesaria para abordar los desafíos urbanos en la ciudad patrimonial. Esta solución consiste en la restricción del tráfico motorizado en áreas específicas, y también en una transformación de calles que resalta el paisaje escénico y convierte al ciudadano en el protagonista.
Darle al peatón el protagonismo en las calles de la ciudad es abrir una puerta para comenzar la transición a un modelo de ciudad que promueva un estilo de vida más activo y saludable. Una ciudad más peatonal también hace posible la apertura de nuevos modelos económicos, los cuales revitalicen el comercio local, promoviendo el turismo sostenible. Asimismo, es un paso importante para la preservación responsable de los edificios históricos y monumentos.
Es importante que se involucre a la comunidad local y a los diferentes actores urbanos en el proceso de diseño y planificación, asegurando que se tomen en cuenta sus necesidades y preocupaciones, ya que se comprende el desafío logístico que representa. Es necesario reconocer que dar marcha atrás sería un error terrible.
Este proyecto es un claro ejemplo de la voluntad política, visión estratégica y claridad de la nueva administración de la Antigua Guatemala.
Como joven guatemalteco que desea que se le haga honor a los lugares únicos dentro del país, pido que no se dé marcha atrás. Adicionalmente, pido que esta iniciativa se trabaje como un plan de largo plazo, para que, ahora, en conjunto con la nueva primavera, se proyecte la ciudad como un distrito de oportunidad para las artes de distintas índoles.
La ciudad de los panzaverdes ahora tiene un compromiso con el pasado, presente y futuro de la Antigua Guatemala. Deseo que cada paso peatonal se convierta en un tributo a nuestra historia, la democratización del espacio público, al orden y a los hermosos paisajes.