pluma invitada
Asturias: curiosos datos sobre El Señor Presidente
Con fondos de la madre, El Señor Presidente fue publicado en México el 30 de agosto de 1946, por editorial Costa-Amic.
El Señor Presidente, la novela más leída de Miguel Ángel Asturias, tuvo un origen curioso. En 1925, el venezolano Arturo Uslar Pietri les propuso a los contertulios hispanoamericanos que se reunían a cenar y beber vino en los cafés de París, sobre todo en La Rotonde y Le Dome, narrar una noche y otra una historia, como una especie de novela por capítulos. Miguel Ángel empezó por su cuento corto e inédito Los Mendigos Políticos, que había llevado de Guatemala, el cual luego se convirtió en el primer capítulo de El Señor Presidente. Al terminarlo, siguió la narración, y la historia empezó a crecer.
Con fondos de la madre, El Señor Presidente fue publicado en México el 30 de agosto de 1946, por editorial Costa-Amic.
Entre el murmullo de los comensales y las copas de vino, Miguel Ángel narraba. Las interrupciones de los camareros no lo distraían ni le quitaban el ímpetu al relato de sus recuerdos. Pronto todos se familiarizaron tanto con Cara de Ángel, Camila, El Pelele y los esbirros, que hasta creían que podían aparecer cenando con ellos. Fue en los cafés de París donde nació El Señor Presidente como un relato oral. Después, en el cuarto de su hotelito escribió las historias narradas.
Aunque quedó terminada en 1933, al volver ese año a Guatemala, temiendo que a su llegada agentes de la aduana o luego, en un cateo a su casa, el nuevo dictador Jorge Ubico secuestrara el manuscrito, Miguel Ángel dejó en París una copia con George Pillement, quien años después lo tradujo al francés. Viviendo en México, entró en contacto con el Fondo de Cultura Económica, editorial subvencionada por el Estado. La novela no fue aceptada porque la editorial se circunscribía a editar obras clásicas de historia, sociología, filosofía y antropología.
Cuando le devolvió el manuscrito, Daniel Cosío y Villegas le dijo a Miguel Ángel: Aquí tiene a su señor presidente. Asturias, siempre vivo y receptivo, de inmediato se percató que este debería ser el nombre de la novela, por ser más contundente y mejor que Tohil, como la había llamado, en recuerdo de una deidad k’iche’ que exigía sacrificios humanos, como también lo hacía el Señor Presidente.
Su madre le había dado a Miguel Ángel el dinero para publicarla, que él había utilizado para cubrir otras necesidades suyas en México. Con la vivacidad e intuición maternales, llamó al pariente y gran amigo Jorge Asturias, y le dio los doscientos dólares requeridos para la publicación, advirtiéndole que debía decirle a Miguel Ángel que era un préstamo personal de él y sentiría la responsabilidad de la impresión y el pago. Así, con fondos de la madre, El Señor Presidente fue publicado en México el 30 de agosto de 1946, por la editorial Costa-Amic.
Aunque dictadores ha habido en todos los tiempos y en todas las culturas, tras la independencia de España, en Hispanoamérica se multiplicaron, al punto que en nuestros países se creó un subgénero denominado la “novela del dictador”. Dentro de este subgénero se escribieron un sin número de novelas, incluyendo las de tres premios Nobel de Literatura latinoamericanos: Asturias, García Márquez (El general en su laberinto) y Vargas Llosa (La Fiesta del Chivo). El Señor Presidente terminó siendo la más conocida.
El diario español El Mundo la incluyó en su listado de las cien mejores novelas escritas en español en el siglo XX, el cual confeccionó con el apoyo de críticos literarios y de sus lectores. Posteriormente, en 1952, la traducción al francés recibió el Premio Internacional del Club Francés del Libro.