LA ERA DEL FAUNO
Peor que mal gobierno, una banda gobierna
Puede que a veces resulte difícil aceptar lo evidente. No es que tengamos un mal gobierno, es que carecemos de gobierno. Llamar a Jimmy Morales mal gobernante es mero trámite lingüístico. Este país no tiene gobierno porque fue ocupado por una banda criminal en 2016. No es metáfora. No lo digo en sentido figurado, por quejarme, por ofender ni por desahogarme. Digo que en realidad ?como que las piedras son duras o que el cielo se oscurece cuando es de noche? una banda tomó el poder y nos oprime.
Resulta difícil admitir una interpretación tan molesta como esa porque es más sencillo asumir que se trata de gobernantes corruptos. Y es complejo pensar en un país ocupado por una facción porque eso nos remite a películas nada serias donde un grupo toma por asalto la ciudad, coloca a sus dirigentes y la gente corre despavorida. Pero así sucedió. Nuestra realidad es más complicada porque esa organización no tomó el poder con las armas sino en las urnas, lo que les da apariencia de legalidad, y lo hizo gracias al apoyo de empresarios que financiaron ilícitamente la farsa electoral. Esa gente sigue teniendo voz y voto. Pusieron al frente a dos cómicos que firmaron como presidente y vicepresidente. Sus perfiles fueron diseñados con medidas de traje sastre. Uno debía ser chistoso, mentiroso y populachero, y el otro aparentar que no mataba una mosca.
A su organización la cubrieron con la fachada de partido político al que nombraron FCN-Nación, el cual fracasó en su primer intento por hacerse de la mayoría en el Congreso. Pero todo tiene arreglo. Reacomodaron el rumbo: si para las elecciones de 2015 tenían 11 diputados; para enero de 2016 tenían 37. La cuenta fue aumentando con sus alianzas. En su actual impostura se encuentran aferrándose con uñas y dientes al poder. Por expresarlo de alguna manera, están en su fase intestinal deformando todas las instituciones, alimentándose de las burlas que provocan, destruyendo lo construido, nadando en su elemento. Gusano que repulsa el desparasitante. A eso se debe que cuanto hacen quienes firmaron como diputados resulte tan repugnante. Pasan de la hipocresía hacia el cinismo con una frialdad que sorprende. Van del engaño al descaro. El ridículo es su característica más notable. La mentira, su norma. El Congreso fue copado por analfabetas. Quien firmó como presidente de ese organismo vivo es un tipo iletrado y hosco. Con excepción de unas pocas diputadas y diputados, el edificio es la ordinariez en pleno.
Difícil observar ?en su estricta realidad? que se trata de esa banda organizada y no de malos gobernantes. Quizás, al tomar conciencia de esa dimensión comenzaremos a desconocerlos por entero. El reconocimiento suele ser un buen paso. No es lo mismo pensar que se tienen dirigentes corruptos, asesinos, ladrones, mentirosos, a tomar conciencia de que una organización con esas características echó a andar un plan.
Lo que digo no es novedad, claro, la CICIG y el MP en 2015 llamaron Cooptación del Estado a la toma del poder por parte de la estructura liderada por Pérez y Baldetti. Aquel fue el antecedente de esta continuidad. Siempre me pareció que “Cooptación” no describe a cabalidad el delito que representa. Cooptación no dice mucho. Cooptar no es más que llenar unas vacantes, rotar ejecutivos, nombrar gente. Es cierto que se inscribe dentro de la práctica jurídica, jerárquica, eclesial, imperial, en cuanto a nombrar arbitrariamente a quienes sucederán a los monarcas o jueces. Lo que importa es la profundidad de las investigaciones, por supuesto, pero lo que vivimos es una brutal ocupación.
@juanlemus9