De paseo por la Florida

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Las investigaciones también apuntan a que el prófugo escapó de las autoridades con ayuda de las mismas fuerzas de seguridad que deberían haber actuado como apoyo para capturarlo: la Secretaría de Asuntos Administrativos de Seguridad de la Presidencia, SAASP. Todo esto reafirma las hipótesis de una conjura desde altas esferas del gobierno para proteger a un individuo que asesinó a su esposa a sangre fría y secuestró a sus dos pequeños hijos.

Si las autoridades judiciales de Guatemala han solicitado la ayuda de la Interpol para capturar a Barreda De León, ¿no sería procedente también —dentro de esa cooperación— solicitar las grabaciones de las cámaras de vigilancia del complejo turístico en el cual se ha comprobado que este hombre permaneció durante varios días?

El hecho de haberlo situado en un hotel de lujo ratifica, también, algo que sus padres han negado enfáticamente, y es el abundante apoyo económico que ha recibido de su familia para permanecer durante meses viajando por el extranjero a cuerpo de rey. Durante estos meses se ha burlado abiertamente de las autoridades, huyendo de la justicia y convirtiendo a sus pequeños hijos en parias sin hogar, sin educación, alejados de su ambiente y privados del apoyo emocional adecuado que necesitan urgentemente después de haber presenciado el vil asesinato de su madre.

La conducta desafiante de Roberto Barreda De León tiene otra lectura, y es el grado de confianza en la influencia que pueden tener sus padres en el sistema de justicia, como para librarlo de pagar las consecuencias por su crimen. Actúa como un niño mimado al que no van a quitarle su juguete mientras su mamá lo proteja, actitud que revela una mente —si no desquiciada— de nivel primario y precaria capacidad de juicio.

En manos de semejante individuo se encuentra la supervivencia física y emocional de dos pequeños niños inocentes cuyas vidas fueron violentamente trastocadas en un arrebato de ira incontrolada que acabó con la vida de Cristina, su madre, y los alejó del hogar de sus abuelos maternos, su único puerto seguro.

Por todas estas razones es importante mantener esta lucha y exigir resultados a las autoridades del sistema de justicia. El caso Siekavizza, ya convertido en uno de los más resonantes a nivel nacional e internacional en el tema del femicidio y la violencia intrafamiliar, deberá ser un punto de inflexión en la visión de la ciudadanía sobre el tema del maltrato dentro del seno del hogar.

Roberto Barreda De León no solo se burla de su madre, de su padre, de la Interpol y del Ministerio Público. También se mofa de la angustia de una sociedad hastiada de tanta impunidad. Sus paseos por las playas de la Florida no son otra cosa que una bofetada al rostro de la justicia, una muestra flagrante de su falta de hombría y su absoluta carencia de valores humanos.

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