REGISTRO AKÁSICO
Operaciones de falsa bandera
Los piratas solían enarbolar en sus naves una bandera de la nacionalidad de los barcos que deseaban atacar. Una operación de falsa bandera consiste en el engaño a la población bajo apariencias contrarias que favorecen a quien resulta ser el secreto patrocinador.
Una modalidad de ese ardid en tiempos de paz se efectúa con piqueteros que reclaman pedidos legítimos pero exacerbados. Cerrar vías de comunicación, sirve para generar una votación que favorece a quienes ofrecen terminar con esas molestias. Barato, simple y sin rastros, pues se paga el día en efectivo. No es fácil pues se necesita contar con un contingente recurrente de desempleados con alguna experiencia. Mas lo clave es el operador, un profesional, casi siempre agente encubierto de oficinas de seguridad gubernamental o privada.
Existen otras modalidades. Se vilipendia a los convocados como tontos útiles. Unirse a un desorden tiene su recompensa. Si se saquea un supermercado, algo se lleva. Tirar piedras a los antimotines, tiene su gracia. No obstante, la calificación de tonto útil, no se refiere a un participante efectivamente bobo. Muchos intelectuales suelen sumarse a campañas por corrección política. Entre más se juntan, mejor. Una parte de los manifiestos publicados para demostrar solidaridad o condenas, están llenos de adherentes. En algunos países, se obliga a identificar a la persona individual o jurídica que lo paga, para obtener más elementos de juicio.
La invasión de Irak ha sido muy discutida. George Bush y Tony Blair señalaron la existencia de armas de destrucción masiva. Una vez derrocado Sadam Hussein, se negó la presencia de tales armas. A pesar de su utilización en la guerra contra Irán, por ese líder. La prensa internacional afirmó que había sido un montaje. Sin ninguna consecuencia para los belicistas impulsores pues jamás se habrá de deducir responsabilidades por la supuesta mentira, pero con grandes ventajas para el negocio del petróleo, al modificarse toda la política árabe como se quería.
Sin embargo, durante la actual guerra en Siria han existido ataques con armas químicas. El gobierno sirio ha declinado responsabilidad; entonces, la pregunta sin responder es de dónde proceden dichos dispositivos bélicos. Es obvio que el botín de la guerra de Irak está en manos tenebrosas.
Aunque sin ninguna proporción comparable a ese evento, en nuestro país ocurren similares situaciones. Con la presencia de periodistas españoles y alguna gordita mayamera se han levantado noticias sobre grandes movimientos de reivindicación social, donde las fotografías de los ocupantes de hidroeléctricas, apenas pasan de una veintena de participantes. Todo ello busca preparar a la población para incrementos de las tarifas, se da una tajada a quienes la distribuyen de manera ilegal mediante hurto del fluido, se acusa a prelados religiosos sin pruebas, de ser los culpables de la agitación contra la producción energética y se esconde la inacción gubernamental en connivencia con los vendedores de carbón mineral, para termoeléctricas.
El mecanismo se ha llamado simpatía-decepción. Primero simpatía por quienes luchan por la injusticia de ser pobres; luego, en segundo momento, la decepción por la subida de la factura eléctrica; y fuera de cámaras, escondidas las comisiones, a los encargados de la seguridad que patrocinaron el desorden y han beneficiado a un grupo de oligarcas dueños de las termoeléctricas, aliados del monopolio imperialista.
Como siempre es bueno señalar que imperialista no refiere a un país, sino al capital monopólico internacional que nos atosiga.
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