Donald Trump sigue disparando tuits y amenazas contra los presidentes de Centroamérica, a quienes busca responsabilizar por la caravana de migrantes. En su lista de hostilidades aparecen ahora los demócratas, a quienes señala de no querer aprobar leyes más duras contra la migración irregular.

Es un arma de doble filo. Sus opositores en las elecciones de noviembre podrían señalarlo de responsabilidad al no atacar las raíces de la situación, mucho más profundas de lo que muestran las conmovedoras imágenes del paso de lo emigrantes por Guatemala y su apostamiento frente a la frontera con México, como es la tolerancia a regímenes ineficaces.

La corrupción tiene nefasto efecto en el desarrollo social de millones de centroamericanos, por lo que el respaldo a presidentes ilegítimos, como ocurrió en Honduras el año anterior, profundiza los problemas señalados por quienes han accedido a hablar dentro de la caravana, al referirse a las mínimas condiciones de sobrevivencia en su país. La base del malestar empieza cuando no se respeta la voluntad popular y se manipulan las instituciones y las leyes, como hizo Juan Orlando Hernández, al maniobrar la Constitución para buscar la reelección.

Este drama tiene otros componentes políticos: uno es la masa humana durante la cual se puede incurrir en ilícitos. Por aparte, la Casa Blanca advierte hasta de militarizar la frontera, mientras las imágenes del éxodo repentino parten el corazón de cualquiera. Pero Honduras no tiene una guerra civil ni una catástrofe natural repentina, y por eso algunos piensan que hay trasfondo en la columna de emigrantes. Hubo comentarios sobre dinero entregado a los migrantes, aunque luego se explicó y se comprenden las razones para esa solidaridad con los caminantes.

El hecho ocurre a pocas semanas de las elecciones de medio término de Estados Unidos. Si los republicanos consolidan el control del Organismo Legislativo, continuará lo conocido hasta ahora, pero si ganan los demócratas podría haber variaciones en la polémica administración del magnate venido a presidente más poderoso del mundo.

Guatemala también atraviesa por una preocupante situación a raíz del desmantelamiento de la institucionalidad, la cooptación de las instituciones y medidas de hecho que ha asumido el Gobierno para frenar la lucha contra la corrupción y la impunidad, lo cual solo profundizará las causas socioeconómicas que promueven el subdesarrollo y la búsqueda de oportunidades en otros países.

El cada vez más altisonante discurso de Washington debe ser coherente con el objetivo de detener la migración, pero sobre todo con las causas que la ocasionan, pues de lo contrario no habrá ley ni autoridad ni muro que pueda frenarla.

Cuando Trump amenaza con cortar la ayuda económica a estos países si las autoridades no frenan la migración irregular debe también agregar la exigencia de respeto a la institucionalidad, reducir la galopante corrupción y la impunidad, factores que se convierten en enorme estímulo para el desencanto de millones de personas, que solo pueden ver una esperanza de vida en la parte del primer mundo que está más a su alcance.