LIBERAL SIN NEO
Los disparates de Oxfam
En días recientes circuló un informe de Oxfam International, un consorcio de ONG, en el que relata que las ocho personas más acaudaladas del mundo poseen más riqueza que la mitad de la población más pobre del planeta. Según Oxfam, estas ocho personas tienen más riqueza que los 3.2 mil millones de personas más pobres, añadiendo que esto es injusto y hay que hacer algo al respecto. Oxfam sostiene que “la desigualdad extrema está atrapando a millones de personas en la pobreza, porque las mismas reglas económicas que permiten la riqueza extrema también causan la pobreza”. El razonamiento de Oxfam es falso. El error más importante es de causación; suponer que la riqueza de unos es la causa de la pobreza de otros.
Hace trescientos años, el 99% de la población del mundo vivía en la miseria. Solo durante el último medio siglo, el ingreso promedio per cápita de la persona promedio en el planeta se ha triplicado en términos reales. La esperanza de vida ha aumentado en 30%, la mortalidad infantil se ha reducido en dos tercios y la producción de alimentos per cápita ha aumentado en un tercio; todo ello mientras se ha duplicado la población mundial. El hambre, la pobreza, el analfabetismo y la mortalidad infantil se han reducido a la mitad de lo que eran en 1990. Solo en China, en los pasados treinta años, 400 millones de personas salieron de la miseria y pobreza absoluta, pero esto no sucedió gracias a políticas redistributivas o acciones de ONG como Oxfam. Claro que este milagro chino ha significado que algunos chinos se hicieran millonarios y es precisamente por su creación de riqueza que muchos más salieron de la pobreza.
Entre las ocho personas más ricas del mundo que señala Oxfam se encuentran Amancio Ortega y Jeff Bezos. Crearon enormes cantidades de riqueza a partir de la nada, no se la quitaron a otros. Jeff Bezos, por ejemplo, el creador de Amazon, fundada en 1994, emplea directamente a cientos de miles de personas, indirectamente a millones y, sobre todo, le resuelve problemas a cientos de millones de empresas y consumidores. El señor Bezos vale como US$45 mil millones, ¿y qué? Ha pagado mucho más que eso en impuestos, ha hecho millonarios a muchos otros que han pagado mucho más en impuestos y ha causado que cientos de miles de empresas puedan crecer y aumentar sus ventas. Pero según Oxfam, Jeff Bezos es la causa de los más pobres en el mundo. ¡Qué disparate!
Solo por seguirles el argumento, suponga que le quitan a Jeff Bezos sus US$45 mil millones, se los dan a Oxfam, que los reparte entre los 3.2 millones más pobres. Esto daría US$14 por persona, suponiendo que no hay costo en hacerlo y la ONG no se queda con algo. ¿Esto va a resolver la pobreza? Efecto aparte es que el señor Bezos ya no va a crear nada, generar más empleos, atender clientes o pagar impuestos; Oxfam se habrá comido a la gallina.
Amancio Ortega, español, el hombre más rico de Europa, empezó a los 15 años como ayudante de un sastre de camisas, donde aprendió a coser ropa a mano. Hoy tiene una fortuna de US$67 mil millones. ¿A cuántas personas ha dado empleo Amancio? ¿A cuántos proveedores ha enriquecido? ¿A cuántos consumidores satisface? ¿Cuántos miles de millones ha pagado en impuestos? ¿Amancio es la causa de los más pobres en África? ¡Qué disparate!
En el fondo, parte del problema es la obsesión con la “desigualdad”, cuando el problema es la pobreza. Igual obsesión hay con las “causas” de la pobreza, cuando lo que hay que comprender son las causas de la riqueza.