IDEAS

Los cambios importantes que se deben hacer

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El rechazo generalizado hacia la mayoría de diputados debe canalizarse hacia lograr los cambios necesarios en la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP) que abonen a evitar que se repita una legislatura como la actual o muchas de las pasadas. El aparente consenso que hay sobre los cambios más importantes es una oportunidad que no debemos desperdiciar.

Debemos canalizar nuestros esfuerzos a lograr cambios en el sistema y no solamente reemplazos de las personas, porque, de otra manera, dentro de cuatro años estaremos nuevamente manifestando nuestro rechazo hacia los congresistas de su momento, y el ciclo continuará repitiéndose cada cierto tiempo. Hay que entender que detrás de la crisis actual está el completo fracaso de la política de “fortalecimiento de partidos políticos”. Ahora es la oportunidad de cambiar esa política.

En ese sentido considero que debemos presionar para que se hagan por lo menos dos cambios cruciales a la LEPP: a) que los ciudadanos podamos votar directamente por los candidatos a diputados, y b) que se les quite a los partidos políticos el monopolio de la participación en las elecciones. Considero que en las actuales circunstancias hay suficiente consenso en buena parte de la población y de los grupos de presión sobre estos dos temas como para que los diputados se vean obligados a aceptar los cambios y aprobarlos.

El primer punto se puede resolver de varias maneras. La ideal sería creando subdistritos, con una plaza por cada distrito. Esa es la forma más directa de representación que no deja lugar a dudas de quién es su representante en el Congreso. El mismo hecho de que los subdistritos sean pequeños incrementa la posibilidad de que los candidatos sean mejor conocidos por los votantes, lo que permitiría una elección más informada, a la vez que una mayor posibilidad de fiscalización, una vez electos.

Otra posibilidad, aunque no tan buena como la anterior, es que sigan las listas como están hasta ahora, pero que uno tenga posibilidad de votar directamente por cada una de las personas que aparecen en las listas. Para entenderlo mejor, cada candidato dentro de la lista tendrá una casilla a la par y uno debe marcar la casilla de los candidatos que desee sean diputados, indistintamente de en qué lista estén. De esta forma se mejora la “representación” versus como está actualmente, y se evitan los cuestionamientos sobre la división en subdistritos.

Una tercera alternativa es un intermedio entre ambas opciones: hacer subdistritos con, por ejemplo, tres plazas por cada distrito. Yo apoyo la primera opción, pero cualquiera de las tres sería mucho mejor que lo que tenemos actualmente.

En el caso de la lista nacional —que solo se puede eliminar en una reforma constitucional—, lo que se puede hacer es utilizar la opción de que uno pueda votar directamente por los candidatos que desee, dentro de las listas propuestas.

Y en el segundo tema, el monopolio de la participación de los partidos políticos, la forma de romperlo es como se hace con cualquier monopolio: quitándoles los privilegios. En otras palabras, abriendo las opciones para que pueda haber más participación no vinculada a los partidos políticos. O lo que es lo mismo, que cualquiera se pueda postular a diputado, ya sea como candidato de un partido, de un comité cívico o incluso de manera individual. ¿Por qué restringir las posibilidades de las candidaturas?

Hay muchísimos otros temas que se podrían revisar, pero en muy pocos existe el consenso que hay sobre estos dos. Si queremos cambiar mucho, lo más probable es que no se cambie nada. ¿Qué prefiere?

Fb/jjliber

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).