“Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder de elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta yace nuestro crecimiento y nuestra libertad”. Viktor E. Frankl

El proceso formativo que hemos desarrollado en la vida, para la gran mayoría de nosotros debería permitirnos priorizar al momento de tener que escoger lo que debemos de hacer en la cotidianidad de nuestras ocupaciones, sabiendo que no siempre lo que aparenta ser más urgente pueda ser lo más importante que debemos de hacer.

Muchísimas veces estamos con la disyuntiva de lo que tenemos que hacer en primera instancia, está claro que no todas las cosas pueden estar en primer lugar en lo que debemos de hacer. Normalmente debemos de tomar unos minutos para visualizar aquellas obligaciones y responsabilidades que no podemos delegar a terceros para saber por dónde iniciar y en que secuencia ir avanzando.

Es claro que tenemos metas que queremos alcanzar y eso no es razón para ignorar la realidad de lo que las prioridades demandan. Muchos visualizamos y nos trazamos metas que son sanas y de mucha importancia para poder proyectar nuestra vida y tener un claro panorama de nuestro destino. A lo anterior, la vida está envuelta en imprevistos que no hemos planificado y en algunos casos nunca quisiéramos tener que pasar, pero al entender que son situaciones ineludibles debemos tener la flexibilidad que la vida nos pide.

En la vida hay momentos que enfrentamos urgencias, las cuales son ineludibles pero, eso no es un elemento para perder la perspectiva de aquello que es importante, y eso no implica que todos lo pueden ver igual o deben valorizar y juzgar del mismo modo, cada uno de nosotros debe tener claro lo que define como importante para luego ver alternativas cuando las urgencias surgen y saber si uno debe atenderlo o dejar a otros que asistan a la urgencia que surgió.

Cuando avanzamos en la vida entendemos con más claridad que la vida tiene alternativas y debemos saberlas visualizar en primera instancia y luego evaluar cada perspectiva que la alternabilidad ofrece y poder escoger cual es la que nos permite llegar al destino que hemos escogido nosotros. No es tanto por lo que nos gusta o nos conviene simplemente porque es el más apropiado para poder avanzar y no desviarnos de lo que nos hemos propuesto.

Debemos aceptar la verdad que en muchas ocasiones hay elementos que nos llaman la atención a cada uno de nosotros, son elementos diferentes por el hecho que cada uno de nosotros no somos iguales. Los elementos que llaman la atención en muchos de los casos lo único que logran es distraernos de las prioridades de la vida. El mejor ejemplo que ilustra esta vivencia es cuando uno está manejando su vehículo y muchas cosas son suficiente llamativas, pero no se nos permite distraerse para evitar una calamidad. Exactamente es como debemos manejar nuestra vida.

Que la realidad de nuestra vida sea determinada en el mejor sentido de la palabra, para que quienes nos observan a diario y han visto el recorrido que hemos llevado en el pasado, puedan sin dificultad visualizar donde queremos llegar. No debemos reflejar un misterio de etapas aisladas en cada etapa de la vida, sino un encadenamiento de vivencias que permite un clímax.

samuel.berberian@gmail.com