SI ME PERMITE

La mujer tiene su espacio

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“No digo que todos sean iguales en su habilidad, carácter o motivaciones, pero sí debieran ser iguales en su oportunidad para desarrollar la motivación y habilidad.” John F. Kennedy

En una sociedad como la nuestra donde los extremos son más que tolerados es bueno reflexionar sobre el espacio y valor de la mujer. No es extraño ver y escuchar halagos y frases que enaltecen a la mujer, pero muchas veces en ellas hay simplemente contenidos superficiales que no comunican más que asuntos de figura y no por ello esto conlleva al respeto y a la dignificación.

Cuando aceptamos que la mujer no es solamente una apariencia exterior sino que hay una personalidad y capacidad encerrada que se deber permitir que encuentre su espacio sin el temor que habrá de desplazar a otro. En este mundo cada uno de nosotros llena una necesidad y cada mujer también tiene ese elemento indiscutible.

Lo anterior nos puede ayudar a entender que la mujer en ningún momento debe ser visto como un objeto que se le exige hacer las cosas para justificar quien es y se le mira como un ser inteligente e importante capaz de alcanzar logros inesperados, y que en el lugar donde está tiene un propósito fundamental y por ello debe permitírsele desempeñar sus funciones conforme la capacidad y el potencial que tiene.

Socialmente es muy fácil caer en un tradicionalismo y pensar que la mujer es buena para esto o para lo otro y nada más. Debemos dar el espacio necesario para que ellas puedan probarse a sí mismas como a los que las rodean que hay espacio para escoger, competir y desempeñar diversidad de tareas las cuales pasado el tiempo pueden ser reconocidas, honradas y también imitados por el desempeño que han logrado. La historia tiene un sinfín de mujeres que han llegado a ser iconos por el desempeño que tuvieron cuando la vida se los demando.

Sería inagotable enumerarlas pero seguramente leyendo estas líneas, en su memoria surgen nombres que estimulan la mente, por el logro de ellas y sin dejar de lado que a muchas de ellas la sociedad las ha tratado con injusticia, pero a Dios gracias a otras le han permitido recibir su reconocimiento justo y también oportuno del papel que ha desempeñado.

Cuando se conmemora el día de la mujer deberíamos observar en nuestro propio entorno y ver las mujeres que han influenciado en nuestras vidas, familias y sociedad. No estamos buscando mujeres perfectas, todo lo contrario, que a pesar de limitaciones y prejuicios sacaron una tarea aparentemente rutinario. Cuando uno ve el cuadro completo y también toma perspectiva entonces entiende que su trabajo fue heroico y muchas veces titánico.

Es tiempo que permitamos a la mujer desempeñar su papel y también permitirle todas las oportunidades posibles para que tenga la formación necesaria y el respeto debido para que en los retos que la vida ofrece pueda hacer su tarea.

Mucho se habla de derechos, lo que estamos planteando no es asunto de derechos sino análisis de nuestra formación para que no cedamos derechos por cumplir sino los elementos fundamentales de una convivencia armónica donde cada mortal puede desempeñar su vida y así honrar a su Creador y también vivir una vida útil dejando un legado digno de ser recordado.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.