LIBERAL SIN NEO
La luz, la oscuridad y la política
El procurador de los Derechos Humanos (PDH) es un pedestal de protagonismo político que poco tiene que ver con los derechos humanos. Ante cualquier crisis con alto impacto mediático, el primero en el centro de la foto y de la noticia será el PDH, siempre y cuando esté en la línea ideológica correcta. Fue precisamente el PDH Jordán Rodas quien presentó un amparo en la Corte de Constitucionalidad (CC) con el objetivo de suspender la declaración de “non grato” al comisionado Iván Velásquez, anunciada por Jimmy Morales. ¿Es competencia del PDH?
Jimmy Morales ya es culpable, solo es cuestión de encontrar el delito que pegue centro y logre su cometido. Hay que ser muy ingenuo para pensar que los múltiples frentes accionando para defenestrar al presidente se reducen a una lucha entre el bien y el mal y que no hay un juego político por medio. Circula en redes sociales una parodia, solicitando se levante el antejuicio a Jimmy Morales por no haber pagado una bolsa de papalinas en la tienda del colegio cuando estaba en 2º año de la primaria. A la fecha, hay ocho solicitudes de antejuicio contra el mandatario.
La primera solicitud de antejuicio fue interpuesta por los diputados Sandra Morán y Locadio Juracán, por el caso Hogar Seguro, alegando que Jimmy Morales cometió, entre otros, los delitos de tortura y ejecución extrajudicial. El presidente tiene sus faltas, pero la tortura y ejecución de las niñas no es una de ellas. En este caso, en cambio, hay claro incumplimiento de deberes del MP, la PGN y el PDH, quienes tenían conocimiento de lo que ocurría en esa institución. Pero a ellos no se les va a perseguir, porque están del lado de la luz. La segunda ya fue desestimada por la CSJ. La tercera fue planteada en agosto por el MP y Cicig, por financiamiento electoral ilícito del FCN. La cuarta, quinta y sexta fueron planteadas por dos ONG, Acción Ciudadana, Fundación Myrna Mack y cuatro ciudadanos, respectivamente, por intentar expulsar a Iván Velásquez. La séptima fue interpuesta por el MP, por enriquecimiento ilícito en el caso del bono militar. Finalmente, hasta Coperex entró en la cola.
Son muchas las voces que alegan que el presidente carece de legitimidad. Carece de popularidad, carisma, elocuencia, visión, ideología, plan de gobierno, equipo de trabajo, buen juicio y diente político, pero tiene legitimidad porque ganó las elecciones para el puesto que ocupa. Nunca se elige entre ideal y menos ideal; cualquier elección —no solo en la política— es siempre entre las alternativas disponibles. Las alternativas eran Sandra Torres y Manuel Baldizón y el electorado optó por Jimmy; es un presidente legítimo.
También hay muchas voces llamando a un “diálogo multisectorial”. ¿Quiénes se van a sentar en la mesa a dialogar? ¿Las ONG, Codeca, Cuc, FNL, Usac, AEU, los pueblos indígenas, sindicatos, asociaciones gremiales, notables, la mujer, la juventud, el gay y, por supuesto, el PDH? Este no sería un diálogo, sino una instancia de transacción de intereses, con cada sector presionando por lo que mejor avance su agenda política. Sería conveniente establecer un diálogo sereno para lograr acuerdos sobre una visión de largo plazo para el país. Pero un diálogo apresurado para ver cómo se saca a Jimmy sería un circo y linchamiento político.
Estas reflexiones no surgen por apoyo o simpatía con Jimmy Morales o porque defiendo la corrupción. Es que hay que elegir entre las alternativas a la mano y considero más peligroso, por mucho, apresurarse a derrumbar la institucionalidad, sin saber quiénes, sin ser electos, se queden con la guayaba.