CATALEJO
La interpretación siempre es subjetiva
Una de las principales causas de las opiniones es la interpretación de los hechos. Ambas no pueden ser objetivas, por definición, a causa de ser el producto del pensamiento de una persona, es decir de un sujeto. Y esta interpretación, a la vez, es el resultado de los intereses, las experiencias de vida, y toda una serie de factores muy numerosos para señalar en este espacio. Los hechos tienen la particularidad de ser irrefutables. Pueden serlo estas consideraciones personales, e incluyen también las reacciones irreflexivas o absurdas, en algunos casos. En otros, el contrario, pueden ser válidas e importantes. Es bueno señalar tres ejemplos cercanos en el tiempo.
La presencia del gabinete en pleno en la Corte de Constitucionalidad, en el caso del embajador sueco Kompass, puede interpretarse de muchas formas: un disparate, un show, una obediencia a órdenes de alguien, talvez el presidente, o una prueba de un total acuerdo de sus integrantes. Por aparte, puede ser considerada una prueba de valentía, de respeto a la soberanía nacional. Se debe meditar entonces cuál de las dos posiciones son avaladas por los guatemaltecos de a pie. Esto dependerá de la manera como esta ciudadanía percibe al mandatario y a su gobierno y por esa causa los funcionarios evidentemente la consideran como un referéndum o como una urgencia para no perderlo o no aumentar el número de gente desafecta con el régimen.
Ayer, Estados Unidos aprobó una ley para darle seis meses al departamento de Defensa para elaborar un listado de personas, funcionarios o ciudadanos de Guatemala, El Salvador y Honduras involucrados en actos de corrupción, por considerarlos, a causa de su variedad y de la enorme cantidad de ciudadanos relacionados con ese monstruo de mil cabezas. Los seis meses se cumplen el 14 de febrero del año entrante, lo cual, en el caso guatemalteco, agregará un elemento más al proceso electoral, pues será cuatro meses antes de la primera vuelta. La interpretación de este hecho es igualmente muy variada, desde constituir prueba de un proceso de “izquierdización” estadounidense, o de cambio en el modo de pensar de senadores, congresistas y mandatario, por lo cual Guatemala estaría al borde del abismo.
También se puede considerar una comprobación de cómo Estados Unidos mantiene ciertas políticas, en este caso la lucha contra la corrupción, independientemente de quien ocupe la Casa Blanca o domine el Senado y el Congreso. Ambas interpretaciones no toman en cuenta el hecho de la imposibilidad práctica de lograr cambios en ese país, por muchas gestiones hechas y dinero gastado con quienes tienen empresas de lobby político. No podrán nunca cambiar decisiones basadas en la imposibilidad estadounidense de apoyar la corrupción, un elemento considerado como una moneda de dos caras: el corrupto y el corruptor. Debería, evidentemente, ser adaptado en todos los países del mundo. Pero, como señalé antes, son interpretaciones.
En el caso de la solicitud de quitar el derecho de antejuicio al presidente, a mi criterio es imposible lograrlo, porque los diputados simplemente no lo autorizarán. La interpretación en este caso es parecida: o se trata de una cobija para proteger la impunidad, o es una acción de independencia ante presiones de gente de alguna manera interesada en causarle daño al mandatario. La información y los comentarios periodísticos no solo son explicables, por la importancia de los hechos y los personajes, sino obligatorios. Por ello, quienes han decidido culpar a la prensa independiente deberían meditar un poco con el fin de disminuir el efecto de los anónimos o de los comentarios de redes sociales cuyo profesionalismo no existe, o está reducido a su mínima expresión.