LA BUENA NOTICIA
La Iglesia en Jutiapa ante la crisis
Si algunos en la Iglesia escribimos o hablamos sobre temas de la realidad del país es porque no acompañamos ángeles ni nos cobijamos en un espiritualismo desencarnado y alienante, tampoco vivimos en burbujas echando incienso o haciendo pomposas liturgias donde el gran ausente es el Espíritu de Dios. Más bien, intentamos construir la vida y desarrollar nuestra misión al estilo de Jesús, quien siempre estuvo al servicio de los pobres de Palestina, los excluidos por las élites dominantes: Sumos sacerdotes y ancianos del pueblo, escribas y fariseos.
Esto explica que algunos obispos en comunión con sus presbiterios y sus laicos se hayan pronunciado ante la crisis que vive el país, provocada por las mafias corruptas enquistadas en el Estado en connivencia con quienes dirigen los destinos de la nación. El obispo de Jutiapa, es uno de ellos. Denuncia algunas “preocupaciones” y percibe algunos signos de “esperanzas”, invita a participar “proactiva y pacíficamente” en los procesos de transformación social, que deben reorientarse hacia una sociedad fundada en la justicia, la solidaridad y la fraternidad.
Entre sus preocupaciones denuncia que desde el Ejecutivo-Legislativo-Judicial se tomen decisiones que debilitan la lucha contra la corrupción e impunidad; las autoridades no están comprometidas con ese objetivo que es de vital importancia para la vida del pueblo y la consolidación de la democracia; además, han perdido credibilidad porque dicen una cosa y hacen otra, velan más por sus intereses y no por las necesidades de la población, promueven leyes pro impunidad y se empeñan en evadir la justicia. Por tanto, no es suficiente “declarar que se respeta la justicia y sus procesos, si no se está dispuesto a someterse a ella”, por eso el prelado demanda “que sea levantado el derecho de antejuicio al presidente para ahondar en la investigación de los hechos que le sindican”.
En esta crisis, dice el obispo Antonio Calderón, “algunos medios de comunicación social pretenden manipular y engañar a la ciudadanía, poniéndose del lado de los corruptos y favoreciendo la impunidad”. Pero reconoce que otros medios trabajan “con objetividad, profesionalidad y fieles a la verdad, se ponen del lado de la población recogiendo sus legítimas demandas y desenmascarando criminales y corruptos”.
Para el obispo de los católicos jutiapanecos no todo es negativo, pues esta crisis es portadora de oportunidades y esperanzas para los guatemaltecos. El “momento es clave” para despertar la conciencia ciudadana, organizarse mejor, exigir pacíficamente el cumplimiento de deberes y derechos, fiscalizar las autoridades, demandar transparencia y eficiencia en su gestión pública y empeñarse en la búsqueda de la justicia. “No habrá justicia, bien común, auténtico desarrollo y, por tanto, una paz verdadera, mientras se apueste por la impunidad y la corrupción”.
En nombre de las comunidades eclesiales de Jutiapa, el obispo expresa su “reconocimiento, gratitud y respaldo” a Iván Velásquez y a Thelma Aldana. Ora “por ellos y por aquellos operadores de justicia que son fieles al Ordenamiento Jurídico”. Llama a la unidad “entre todos los sectores comprometidos en la lucha contra la corrupción e impunidad. Invita a confiar en la promesa de Jesús: “Yo les aseguro que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial, se lo concederá”. Es importante para superar la crisis institucional “ponerse de acuerdo”.
Desea que el Señor “ponga en el corazón de todos el afán de justicia, bienestar y paz”. Que “actuemos con rectitud de corazón y busquemos en todo el bien común”. Que Dios bendiga a Guatemala “con hombres y mujeres de bien para que todos podamos construirla con su ayuda y con nuestro esfuerzo”.
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