LA BUENA NOTICIA
Gozo o vergüenza esta Navidad
Mañana, el tercer domingo de Adviento, a escasos nueve días de “Nochebuena” tiene nombre: Domenica Gaudete (Domingo del “gozaos”) por la ya cercana venida del Señor en Navidad. Pero hablar de un gozo auténtico en estos tiempos requiere atención: ya los antiguos romanos decían “Gaudere decet, laetare non decet”: el gozo es algo decente, pero el “alegrarse” no. La distinción es sutil: hay una alegría o gozo auténticos, basados en el encuentro con las personas, la apertura al otro, el compromiso con los valores del Reino de Dios (justicia, paz, solidaridad, perdón, reconciliación) mientras que hay un alegrarse nada decente: el convite que termina en excesos, la angustia por el consumo materialista, la sensación falsa de que se es feliz teniendo más que siendo mejor etc. el vivir “la quema de adrenalina”, las “fiestas de fin de año” sin aludir al motivo central, Jesucristo que nace.
A la confusión de un “gozo espiritual” que puede decaer en “alegría parrandera y fatal” se añade hoy la vergüenza nacional guatemalteca que provoca, bajo el pretexto de “defensa de derechos” la propuesta de algunos diputados (¡otra vez con ellos, menos mal que no todos!) de arrastrarnos no solo a la legalización sino la judicialización efectiva de una Ley de Identidad de Género que busca: 1) Convertir el delito de discriminación cualquier expresión contraria a la perniciosa ideología de género (Paréntesis: una ideología es una propuesta sin fundamento científico, contraria a la cultura, sobre la sexualidad humana, tomando fuerza política y tratando de convertirse en leyes “protectoras de derechos”); 2) Imponer la obligatoriedad de enseñan esa ideología en todo nivel educativo; 3) Pretende dicha malva propuesta eufemística (pues llama bien al mal, y derecho a lo contrario a la Ley natural y la Familia) usar los impuestos para cirugías carísimas de “cambio de sexo” y tratamientos hormonales (como si ya tuviéramos suficientes recursos para carreteras, escuelas, nutrición de los niños, seguridad, etc.); 4) Pretende dicho atentado con disfraz de “lucha por los derechos humanos” promover el cambio de sexo en adultos y niños en las oficinas del RENAP, y claro, todo ello bajo la pantalla de la “tolerancia” pero llamando y persiguiendo como “homófobo” a quien piense diferente (ellos que hablan de “libertad de expresión y creencias”).
El Papa Francisco hablando muy claro y sin aludir a fundamentos solamente religiosos ha advertido este 12 de diciembre pasado en la Fiesta de Guadalupe, que “mientras que Dios hace lo posible para acercarse a las culturas, a las identidades de nuestra raza”, hay una clara colonización ideológica que atenta destruir los fundamentos de las culturas de países “considerados poco desarrollados” no por sus escasos medios económicos, sino porque no han entrado en el rollo de la “nueva humanidad” de los que “juegan a ser Dios” (odiándolo, claro) en el “reinventar esa humanidad sin varón ni mujer” sino con sexo y “derechos a elección”.
Se juega una vez más el Congreso su credibilidad ante presiones de grupos que “se dicen” numerosos, con recursos de ONG´s pudientes con el poderoso caballero, don dinero” (F. Quevedo, 1580-1645). Está para ellos en debate el escuchar o no la sabia enseñanza de Montesquieu (1689-1755): “La ley natural es el principio y fuente de la civil; quien ignore la naturaleza, ignorará la política”. Que nos ayuden pues los legisladores a vivir una Navidad en el gozo verdadero de la persona y la familia y no en la vergüenza de una ideología de género contraria a la Familia guatemalteca.